APPLE
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Uno de los referentes de la tecnología estadounidense, el iPhone de Apple, le costó al país norteamericano un incremento de 1.900 millones de dólares (algo más de 1.427 millones de euros) de déficit comercial con respecto a China el año pasado.
Se da esta situación a pesar de que el teléfono está totalmente diseñado en EEUU, es propiedad de una compañía estadounidense y las piezas se fabrican en Europa y otros países asiáticos. Pero es China la encargada del ensamble y envío, poniendo así fin a la cadena de producción.
Al aplicar las fórmulas tradicionales de calcular el comercio mundial, se otorga una "visión distorsionada" de la realidad, pues no se recogen las complejidades de la situación de producción global, en la que el diseño, fabricación y ensamblaje a menudo involucran a varios países, apuntaron Yuqing Xing y Neal Detert, del Instituto del Banco de Desarrollo Asiático, en Tokio, en un estudio recogido por The Wall Street Journal.
La totalidad del coste mayorista del iPhone se contabiliza a China, 178,96 dólares (130 euros), aunque el valor de la mano de obra china sólo representa el 3,6% (4,75 euros).
Con lo que se deduce que ni los productos de alta tecnología desarrollados en EEUU aumentarán las exportaciones del país.
Ante esto, surge una tendencia a cuestionar la presunción de que cada producto despachado por un país es enteramente producido en ese país. "Lo que llamamos Hecho en China significa en realidad ensamblado en China, pero lo que constituye el valor comercial del producto proviene de numerosos países. Un sistema que se ha vuelto obsoleto", comentó el director general de la Organización Mundial del Comercio, Pascal Lamy, en unas declaraciones recogidas por el diario estadounidense.
Nuevo sistema
Lamy aseguró que si se empleasen estadísticas comerciales que reflejase la contribución real de los países, el déficit comercial de Estados Unidos con China -de 226.880 millones de dólares- se reduciría a la mitad.
Sin embargo, corregir la tendencia no es fácil, porque exigiría un conocimiento detallado de dónde se construye cada componente.
Con éste sistema China acumuló un superávit de 1.900 millones de dólares por la venta de 11,3 millones de terminales en 2009, pero si se contibilizara únicamente el porcentaje que China produjo del gadget acabaría con un superávit de 48,1 millones.
El primer ministro chino, Wen Jiabao, en un discurso pronunciado en septiembre en Nueva York, declaró que "los grandes beneficiarios son las empresas financiadas desde el extranjero", al ser gran parte de las exportaciones de China a EEUU fabricado por otras empresas mediadoras, con lo que Washington no debería criticar a China por acumular un amplio superávit con EEUU.