La Reserva Federal de Estados Unidos está empeñada en aumentar la liquidez de los bancos para que el dinero fluya hasta al economía real en forma de préstamo a empresas y consumidores. Pero este plan parece que podría fallar, ya que las entidades financieras optan por usar su efectivo para comprar bonos del Tesoro en lugar de para conceder créditos.
Desde junio los bancos más grandes compraron bonos del Tesoro por unos 127.000 millones de dólares, en comparación con los 47.000 millones del primer semestre, según datos de la Fed. En contraste, los préstamos comerciales e industriales en circulación han caído en unos 68.500 millones de dólares este año.
Aunque la Fed y su presidente Ben S. Bernanke anunciaron la semana pasada que inyectarán 600.000 millones de dólares más en el sistema financiero mediante una relajación cuantitativa para ayudar a la economía e impulsar el flujo del crédito, un creciente número de inversores en bonos y estrategas creen que el atractivo de la deuda gubernamental podría aumentar.
Reglas más estrictas
Las nuevas reglas bancarias mundiales obligarán a los bancos a provisionar un mayor porcentaje de su capital si quieren invertir en instrumentos con grandes riesgos o hacer préstamos nuevos, por lo que optan como instrumento para ganar dinero por la compra de bonos del Estado.
Un informe presentado el pasado 2 noviembre por una comisión de operadores de bonos e inversores que asesora al secretario del Tesoro de Estados Unidos, Timothy Geithner, señaló que las reglas de Basilea III establecidas por el Banco de Pagos Internacionales de Basilea podrían reducir el crecimiento económico entre un 0,1% y 0,9%, y provocar la compra adicional de 400.000 millones de dólares de bonos del Tesoro por parte de los bancos comerciales de Estados Unidos para 2015.
"Las instituciones financieras están menos dispuestas a asumir riesgos ante estas nuevas reglas", explica Ira Jersey, estratega de tipos de interés para Credit Suisse en Nueva York. "Una de las razones para realizar una relajación cuantitativa es volver menos atractivos a los bonos del Tesoro. Uno esperaría que éste fuera un ambiente en el que realmente quisieran asumir un poco más de riesgo, pero hasta el momento no lo han hecho", añade.
La demanda de deuda del gobierno de Estados Unidos está aumentando aunque la rentabilidad de los bonos del Tesoro a 2 y 5 años, que suelen ser los instrumentos favoritos de los bancos, cayó a mínimos récord la semana pasada. La Fed informó que concentraría las compras por 600.000 millones en ese rango de vencimiento.