
Al fin una buena noticia para España y, por extensión, un motivo de satisfacción para el Gabinete que preside José Luis Rodríguez Zapatero.
En las actuales negociaciones que, en el seno del Fondo Monetario Internacional (FMI), se están desarrollando para alcanzar un acuerdo sobre la revisión de las cuotas de los países miembros -y aunque las negociaciones no han concluido-, nuestro país ha logrado dar un paso de gigante al incrementar su cuota del 1,4% actual al 2%, por encima de la previsión de aumento que se situaba en el 1,68%, según han asegurado a elEconomista fuentes del staff del FMI.
Actualmente, la cuota de España asciende a 3.049 millones de DEG (los Derechos Especiales de Giro es la unidad de cuenta del FMI), lo que equivale a 3.300 millones de euros. Tras la reforma de las cuotas y la representación aprobada el 28 de abril de 2008 por la Junta de Gobernadores, la aportación española iba a pasar a ser de 4.023 millones de DEG (unos 4.350millones de euros), lo que representaría el 1,68%. Sin embargo, y como la delegación española ha sostenido, -según la fórmula utilizada por el FMI para determinar el tamaño teórico de las cuotas-, a nuestro país le correspondería un 2,24%.
Al final, y aunque no se ha conseguido el objetivo máximo, la elevación hasta el 2% supone una mejora sustancial. Finalmente la aportación que España tendrá que realizar estará por encima de los 5.000 millones de euros (unos 4600 millones de DEG).
Consecuencias del alza
La cuota de un país es un promedio ponderado del PIB, el grado de apertura, la variabilidad económica y las reservas internacionales. A través de las cuotas, todos los países miembros del FMI determinan cuestiones básicas de su relación financiera e institucional con el Fondo. La cuota determina el porcentaje de voto que le corresponde a un país en las decisiones del FMI. Cada país tiene 250 votos básicos, más un voto adicional por cada 100.000 DEG de cuota.
Así, y como a España le corresponden actualmente una cuota de 3.049 millones de DEG, el número de votos con los que cuenta es de 30.739. Una vez se ratifique por parte de los estados miembros las nuevas cuotas, España pasará a tener cerca de 46.000 votos. Pero las cuotas son, también, la base sobre la que se establece el monto financiero que cada país puede llegar a obtener del Fondo Monetario. De este modo, un país puede conseguir en préstamo hasta el 200% de su cuota anualmente y el 600% si se calcula de forma acumulada.
Incremento de representación
En realidad, la reforma de las cuotas y la representación aprobada en 2008 pretendía reflejar mejor la realidad, incrementando la representación de las economías de rápido crecimiento y otorgando a los países emergentes una mayor voz en la toma de decisiones por parte del FMI. En este sentido, además de ampliar la decisión tomada por el FMI en 2006 para aumentar ad hoc las cuotas de China, Corea, México y Turquía, el programa comprendía otros aspectos como el aumento de las cuotas de 54 países que estaban subrrepresentados (entre los que estaba España).
Tras la reunión del G-20 en Corea del Sur se decidió que Europa cediera dos de los 24 asientos que componen el Directorio Ejecutivo del FMI. Esta reforma de los europeos modifica de forma sustancial el Directorio del Fondo y coloca a China, Brasil, India y Rusia entre los diez primeros miembros en cuanto a cuotas. Así, y durante las negociaciones en el bando europeo, la sensibilidad mayoritaria es que deben ser belgas y holandeses los que sacrifiquen su poder en favor de los emergentes.
La vicepresidenta segunda, Elena Salgado, apuntaba hace pocos días que la reducción del peso de la Unión Europea en el FMI para mejorar la presencia de los países emergentes no iba a suponer un perjuicio para España, al estar infrarrepresentada y compartir silla en el directorio con México y Venezuela.
"Nosotros estamos infrarrepresentados y por lo tanto lo que pedimos es que si hay un trasvase de cuotas sea desde los países que están sobrerrepresentados a aquellos que estamos infrarrepresentados", señaló Salgado. El aumento logrado por España va en linea con las demandas planteadas por Salgado al mejorar el acuerdo inicial. Pero, además, supondrá una mejora, aunque no demanera inmediata, en esa representación.
"En cuanto a la rotación de sillas, España, dentro de su silla, rota con México y con Venezuela por tanto nosotros no estamos tampoco en la situación en que están otros países europeos que mantienen una silla en la que no rotan con países emergentes" apuntaba la vicepresidenta. En efecto, actualmente España participa en el Directorio Ejecutivo agrupado con México, Venezuela Guatemala, El Salvador, Costa Rica, Nicaragua y Honduras. Así, España ocupa la silla de director ejecutivo dos años; México, dos años; y Venezuela, durante otros dos.
Según las mismas fuentes, "es muy posible que la situación de forma inmediata se mantenga igual". Sin embargo, las actuales negociaciones van encaminadas a lograr que España pudiera ocupar la silla de director ejecutivo, al menos, durante cuatro años, como corresponde a un país cuya cuota se va a situar en el 2%. ¿Cómo se articularía? Eso depende del resto de ajustes.
Por esta razón, y como anunció Salgado, "no ha habido ninguna referencia a España en estas discusiones sobre las sillas europeas". En cualquier caso, el incremento del peso de la economía española en la toma de decisiones del FMI ha sido una de las pretensiones recurrentes desde hace ya más de una década. El rápido crecimiento de nuestra economía no había tenido su reflejo en los núcleos de decisión internacionales. Por eso, para España, esta noticia representa la consecución de un premio largamente buscado.