Economía

El comercio pide protección por los piquetes

A los sindicatos se les acumulan los problemas. El pequeño comercio y la hostelería, dos sectores estratégicos para que la jornada de huelga del próximo 29 de septiembre sea un éxito, les han dado la espalda. "Una medida como ésta es absolutamente innecesaria y el comercio, desde luego, no la va a secundar", asegura Miguel Ángel Fraile, secretario general de la Confederación Española del Comercio (CEC), una organización que defiende los intereses de 450.000 pequeñas y medianas empresas de distribución.

Fraile insiste en que lo que hace falta es generar confianza y no crear más alarma social, por lo que "hemos pedido al Ministerio del Interior su ayuda para que las Fuerzas de Seguridad del Estado garanticen la libertad para poder ir a trabajar y nuestro sector pueda abrir sus puertas como siempre".

Es algo parecido a lo que ocurre con los cerca de 300.000 bares, restaurantes y cafeterías que hay en nuestras calles, aeropuertos, estaciones y centros comerciales.

Al contrario que la CEC, la Federación Española de Hostelería y Restauración (Fehr) no ha pedido la intervención de Interior, pero aplaude la propuesta.

Coacción de los piquetes

"La Policía debe garantizar que quien quiera abrir pueda hacerlo, evitando las coacciones de los piquetes. En nuestro sector, por ejemplo, prácticamente todo el mundo lo hará", explica José Luis Guerra, adjunto a la presidencia de la Federación hostelera.

Guerra coincide con los comerciantes en que "aunque hay que respetar la decisión de los trabajadores, la hostelería está compuesta mayoritariamente por micropymes y serán muy pocas las que estén dispuestas a ir a la huelga".

Pero, ¿ésta justificado el temor de los bares y los comercios españoles? Todo indica que sí. Según ha podido saber este periódico, en los últimos días distintos líderes sindicales están extendiendo el mensaje de que la jornada "será muy dura". Su intención con ello parece evidente: extender el miedo a los piquetes y evitar que la gente vaya a trabajar o abra su local.

Incidentes

Los incidentes pueden tambalear un sector duramente golpeado por la crisis. Durante el pasado ejercicio, unos 10.000 negocios dedicados al comercio al por menor cerraron sus puertas, quedando reducido su número a 526.695 establecimientos. La misma escena se repitió en el comercio al por mayor, donde, a una menor intensidad, se perdieron 2.000 empresas, según los últimos datos publicados del Instituto Nacional de Estadística.

El principal problema de CCOO y UGT es que cada día que pasa se están encontrando con un nuevo rechazo y el temor a que la huelga acabe en un rotundo fracaso se extiende. Fasga y Fetico, los sindicatos mayoritarios en el comercio, ya han manifestado su rechazo a sumarse a la convocatoria de huelga general.

En una carta remitida a sus asociados y volcada en su página web, Fetico explica que está contra la reforma laboral, porque no contribuye a crear empleo en un país con cuatro millones de parados, pero insiste también en su rechazo a la huelga y a los sindicatos convocantes, que, en su opinión, esconden oscuras intenciones y pactos para seguir recibiendo subvenciones por parte del Gobierno.

"En este país desde hace casi tres años hay una crisis económica que estamos soportando todos los trabajadores y ellos sin decir nada. Negociaban expedientes de regulación y cierres de empresa porque es donde se mueven como pez en el agua, rascando lo que pueden. Lanzan cortinas de humo para esconder su ineptitud y despreocupación por los trabajadores", dice Fetico.

Esta acción sindical dificulta el seguimiento de la huelga general. Desde la Federación de Comercio, Hostelería y Turismo de CCOO, su portavoz, Antonio Ruda, reconoce, de hecho, los contratiempos que están teniendo para adentrarse en el sector, debido a la fuerte campaña informativa que están realizando Fasga y Fetico.

Por ello, las previsiones de Comisiones ya descuentan a los más de 300.000 trabajadores que tienen los grandes almacenes. Pero los sindicatos no sólo tendrán dificultades en la gran distribución, sino también en el pequeño comercio. El 80 por ciento de las empresas del sector son microempresas con uno o dos trabajadores. "En estos casos las presiones por parte del empresario son importantes", explica Ruda, quien añade que "lo que no podemos pedir es un cierre patronal".

Consumidores, sin compras

UGT y CCOO cuentan, en cambio, con el apoyo inesperado de la asociación de consumidores Facua, que ha puesto en marcha la iniciativa de un día sin compras bajo el lema Contra una Europa dominada por el mercado. La campaña tiene por objeto paralizar el sector del comercio gracias a la inactividad del consumidor con el fin de denunciar el cuestionamiento permanente del Estado de Bienestar y a los recortes que viene sufriendo.

Un objetivo que nada tiene que ver con la convocatoria de huelga general, que pretende tirar abajo la reforma laboral.

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