
El lehendakari, Patxi López, está contra las cuerdas y lo sabe. El PNV es el grupo "objetivamente preferente" del Gobierno central para negociar los Presupuestos para 2011 de los que depende la legislatura. Pero las cesiones que se concedan en Madrid a los nacionalistas vascos podrían salirle caras al Ejecutivo del PSE que, en el País Vasco, tiene un pacto de Gobierno con el Partido Popular.
Ayer, el presidente del PNV en Vizcaya, Andoni Ortuzar, se erigió en poli malo para recordar al Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero que la negociación va en serio y que los nacionalistas vascos no están dispuestos a dar su brazo a torcer. "Si la transferencia de las políticas activas de empleo no viene inmaculada, la puerta del PNV de cara a la negociación de los Presupuestos va a estar cerrada", aseguró Ortuzar a Ep para insistir en que si el Ejecutivo quiere su apoyo "va a tener que mojarse, y mucho, en favor del autogobierno vasco".
Desde Madrid, los nacionalistas vascos suavizaron su discurso. El portavoz económico del PNV en el Congreso, Pedro Azpiazu, ejerció de poli bueno al poner el acento en que "se va a trabajar para llegar a un acuerdo" tras reconocer que "conversaciones ha habido siempre, pero la negociación todavía no ha empezado" en alusión al encuentro que mantuvieron el presidente del partido, Íñigo Urkullu, con los ministros José Blanco y Alfredo Pérez Rubalcaba.
El portavoz económico en la Cámara Baja dirigió al Ejecutivo de Vitoria un mensaje: "Tenemos una idea de lo que tiene que ser las políticas activas y esperamos que el Gobierno de López entienda que eso es positivo".
Sin embargo, el lehendakari dejó claro en la rueda de prensa con la que arrancó el curso político tras el Consejo de Gobierno que va a estar "vigilante" ante la negociación presupuestaria. Su objetivo: que "no suponga un menoscabo de la potencialidad y herramientas del Gobierno vasco", es decir, que no interfiera en el traspaso a Euskadi de las políticas activas de empleo como, recordó, ya ocurrió el año pasado cuando el PNV condicionó su voto a las cuentas públicas a que no se produjera la transferencia si no incluía la gestión económica del régimen de la Seguridad Social.
Basagoiti pide más firmeza
El lehendakari aseguró que la trasferencia de las políticas activas de empleo "está muy avanzada" y anunció que el traspaso podría materializarse este mismo mes. Pero en este punto, López sacó pecho y recordó a unos y a otros que "al final las trasferencias se negocian y se hacen realidad en la Comisión Mixta, es decir, entre Gobiernos". Todavía no hay fecha para la reunión bilateral con el Ejecutivo vasco, que el ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, insistió en asegurar que dependerá del vicepresidente tercero y ministro de Política Territorial, Manuel Chaves, y no Blanco ni Rubalcaba.
López dijo "esperar", sin embargo, que las conversaciones y las negociaciones que se mantienen para aprobar los Presupuestos -de las que dijo le informa el presidente del Gobierno- "no perjudiquen, en esta ocasión, a Euskadi para beneficiar a un partido".
El cuarto elemento en discordia, el PP vasco, también alzó ayer la voz para que nadie se olvide de su presencia en el que se promete el culebrón de este mes. Su presidente, Antonio Basagoiti, fue directo con López. Le dijo que tendría que haber sido "un poco más firme" al pactar las competencias porque éstas, insistió como hizo López, "no las negocian los partidos políticos, sino los Gobiernos".