Las noticias del ministro José Blanco sobre el alivio en el recorte en obra pública ni han convencido ni han calmado a las constructoras. Pese a que ese rescate de 500.000 euros se traduce en 9.000 empleos y la reprogramación de 50 obras, Jaime Lamo de Espinosa, presidente de la Asociación Nacional de Constructores Independientes (ANCI), considera que el paquete es insuficiente.
"Nunca se puede atacar la economía productiva, la única solución para salir de la crisis". En su opinión, el Gobierno se ha quedado corto y sería necesario al menos, una cifra de 3.000 millones de euros.
¿El anuncio del ministro José Blanco de salvar 500 millones de la lista negra. ¿Es una buena noticia?
Por supuesto, siempre es una buena noticia que se salven 50 obras públicas. Y sobre todo que el Ejecutivo sea capaz de reconocer su error y dar marcha atrás. No obstante, no es suficiente, sobre todo para nuestras empresas de ANCI, que dedican un 85 por ciento de su negocio a la obra pública.
Pero no deja de ser un pequeño alivio...
Sí, pero el sector ya estaba castigado desde que en enero el Gobierno anunciara su Plan de Estabilidad. En nuestro caso, las 25 empresas son compañías con un volumen de negocio de entre 300 millones y 1.300 millones de euros. Para algunas de ellas, este recorte supone una pérdida de negocio de hasta un 58 por ciento. Una cifra insostenible.
¿Se prevén cierres?
Es pronto para saber las consecuencias concretas, pero es indiscutible que se anuncian ERE masivos. La situación es muy difícil para todos.
Las grandes patronales ofrecieron al Gobierno un plan alternativo que pasaba por poner en marcha un plan de rescate, un Frob. ¿Les han escuchado?
De momento, parece que no. Confiábamos en que el Gobierno recapacitaría y pensara las consecuencias de un recorte tan drástico. Hemos pedido una reunión urgente con el presidente Zapatero porque entendemos que es necesario replantearles el ajuste. Tanto más si el error va en contra de todos los principios económicos.
¿A qué se refiere?
Me refiero a que querer recortar el déficit público sí es un acierto, pero hacerlo a través de recorte de gasto productivo es un error con consecuencias ya anunciadas como la caída de la productividad, el incremento del desempleo de manera alarmante... Hablamos de una pérdida de otros 125.000 puestos.
Usted que fue ministro en los Gobiernos de Adolfo Suárez y de Calvo Sotelo, además de ministro adjunto al presidente... ¿qué está pasando?
Entendemos que es una medida que se tomó de manera precipitada ante las exigencias de la Unión Europea de reducir el déficit. Lo más fácil era, sin duda, recortar de las mayores partidas de gasto, pero estamos a tiempo de rectificar.
Para ustedes, ¿por dónde pasa la solución?
Hay numerosas fuentes de gasto no productivo que pueden ser recortadas para reponer al alza las inversiones en obra civil o aumentos fiscales que pueden legislarse.
¿Estamos hablando de subir los impuestos?
Sí, entendemos que el Gobierno debe adoptar medidas por el lado de los ingresos fiscales como son las tasas o peajes vinculados con la prestación de un servicio, el incremento de la fiscalidad sobre los carburantes o tabaco, la euroviñeta... Esto, sin dejar de lado la necesidad de ejecutar privatizaciones de organismos y empresas que prestan servicios públicos o llevar a cabo una fuerte política de ahorro y control sobre las autonomías.
Su tesis se acerca a la del ministro Blanco, pero ayer la vicepresidenta económica dijo que no subiría los impuestos.
Nuestra postura está con la del ministro. Pero siempre y cuando esta subida no se cargue nunca sobre las rentas de trabajo.
El ministro anunció el rescate y, al momento, habla de subir impuestos. ¿No teme que les tachen de 'pedigüeños'?
Es un error pensar de esta manera. Insisto en que la solución pasa por reducir el gasto no productivo y llevarlo a gasto productivo.
José Blanco dice que se ha gastado demasiado. ¿Hemos tirado el dinero?
No. Gracias a esta inversión somos un país competitivo y estamos hoy donde estamos en Europa.