
El número de jóvenes sin trabajo en todo el mundo está alcanzado niveles históricos, al situarse en 81 millones de personas en 2009, y seguirá aumentando este año. Es por eso que la OIT habla ya de la "generación perdida": jóvenes desanimados que, tras una "larga y frustrada búsqueda de empleo", se excluye del mundo laboral.
Según ha alertado la Organización Internacional del Trabajo en su último informe, de los 620 millones de jóvenes económicamente activos con edades entre 15 y 24 años a cierre de 2009, 81 millones estaban desempleados.
La tasa de desempleo juvenil pasó del 11,9% en 2007 al 13% en 2009, y según señala la OIT en su informe, se espera una subida de hasta el 13,1% para finales de año. En la Unión Europea, el incremento fue del 4,6% el pasado año, especialmente acentuada en países como España y Reino Unido.
Generación perdida
"Los jóvenes ya no saben dónde ni cómo buscar empleo", afirma Steven Kapsos, economista de la "Unidad de Tendencias de Empleo" de la OIT en Ginebra. Estas tendencias acarrearán "importantes consecuencias para los jóvenes a medida que nuevos candidatos que ingresan al mercado laboral se sumen a las filas de los desempleados", señala el informe.
Por eso, la organización ya habla de la "generación perdida", un "grupo de jóvenes desanimado que, después de una larga y frustrada búsqueda de empleo, se excluye del mundo laboral", explica Sara Elder, economista de la OIT.
La situación no mejorará hasta 2011, año en que se espera que el paro juvenil descienda al 12,7%, una tasa todavía más sensible que la que registrará el desempleo entre adultos. Dentro de este grupo son las mujeres las que afrontan más dificultades a la hora de encontrar trabajo: en 2009, la tasa de desempleo juvenil femenina fue del 13,2%, frente al 12,9% de los hombres.
Trabajo y pobreza extrema
Según el estudio, en las economías en desarrollo la juventud es más vulnerable al desempleo y la pobreza, por lo que la crisis se traduce en menor cantidad de horas trabajadas y en reducción de salarios para los pocos que pueden mantener un empleo formal. "Los jóvenes de los países en desarrollo se emplean en actividades poco o nada remuneradas y se hacen cada vez más vulnerables", destacó Elder.
En consecuencia, 152 millones de jóvenes de estas regiones trabajaron en 2008, pero permanecieron en la pobreza extrema al disponer de menos de 1,25 dólares al día. "El resultado es que el círculo de la pobreza laboral persistirá, al menos, otra generación", dijo Kapsos.
Mientras para casi todas las regiones esperan leves mejorías para 2011, la OIT prevé que las tasas de desempleo continúen subiendo en Oriente Medio y en África del Norte.
Buscar soluciones
En vistas a superar este bache laboral, la OIT exhortó a los gobiernos a "aprovechar" la crisis para evaluar estrategias que hagan frente a la desventaja laboral de los jóvenes, así como impulsar programas que combinen políticas educativas y laborales.
"Los jóvenes son el motor del desarrollo económico, desaprovechar este potencial es un desperdicio económico que puede menoscabar la estabilidad social", concluyó Kapsos.
A pesar de que "no existen recetas inequívocas" para superar este problema, la OIT recomienda a los gobiernos que no dejen de invertir en educación y que generen políticas de inserción laboral para los jóvenes.