El actual ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, considera que los cambios tendrán que esperar a que pase la crisis ya que el sistema de protección "está evitando que el paro provoque una explosión en la calle".
Defiende el titular de Trabajo que el Gobierno entiende que "hay que hacer para dar respuesta a la salida de la crisis desde el mercado laboral. Una reforma que apuesta por la flexibilidad como un objetivo para las empresas, por corregir la dualidad y por incorporar al mercado de trabajo iniciativas privadas en la intermediación. Son medidas estructurales que coexisten con medidas de coyuntura, como incentivar la contratación de jóvenes, parados de larga duración y mayores de 45 años. Esperemos que en el trámite parlamentario estemos acompañados".
La solución del paro, "los créditos"
"La reforma laboral no es para crear empleo. En todo caso, para evitar que se destruya, porque quien crea empleo es la economía. Si me pregunta ¿qué es lo que podría contribuir ahora de una forma más rápida a la generación de empleo?, los créditos", sostiene Corbacho.
Y en este sentido, abunda coincidiendo "con el gobernador en que hay que hacer lo antes posible la reforma financiera. Estaría bien que en tres o cuatro semanas tuviéramos los ejes por donde discurrirá; luego, reformaremos las pensiones".
Contrario a la huelga, partidario de reformas en las prestaciones
Para Corbacho, "los sindicatos están en su derecho para convocarla, aunque no la comparto. No hace falta convocar una huelga general para expresar el descuerdo con la reforma laboral".
Más enrevesado se manifiesta el ministro cuando se refiere al recorte de prestaciones, "una materia que no se debe plantear ahora. Pero si me pregunta si cuando salgamos de la crisis se debería apostar por políticas activas y pasivas diferentes y tener en consideración algunos cambios que rigen las prestaciones por desempleo para llevarlas más acercarlas más al concepto de política activa en lugar de una política pasiva, mi respuesta s sí.