Economía

Estado del bienestar: el sueño de la Vieja Europa ha terminado

El comisario de Asuntos Económicos, Olli Rehn.

El comisario de Asuntos Económicos, Olli Rehn, alertó hoy del riesgo de una "década perdida" para la economía europea si los Gobiernos no acometen reformas estructurales en el mercado laboral, el sector servicios o la inversión en I+D. Pero con reformas o sin ellas, lo que parece claro es que el sueño del estado del bienestar europeo está tocando a su fin.

Como escribía recientemente Steven Erlanger en The New York Times, Europa Occidental, la superpotencia del estilo de vida, parece darse cuenta de manera repentina de que las conquistas sociales de las últimas décadas están en peligro.

Las condiciones laborales, las jubilaciones, los sistemas nacionales de salud, los muy variados beneficios sociales de los que disfrutan los europeos, junto con la sobredimensión del sector público, siempre ha contrastado con el austero sistema de EEUU. Pero la enorme deuda de los estados ha llegado a niveles insostenibles por el aumento del gasto y la caída de los ingresos fiscales.

"Con bajos índices de crecimiento, baja tasa de natalidad y una esperanza de vida cada vez más larga, Europa ya no puede permitirse ese cómodo estilo de vida, al menos no sin pasar por un período de austeridad y cambios sustanciales", recordaba Erlanger.

Recortar para subsistir

"El gran riesgo es que una vez que la recuperación se fortalezca, nos crucemos de brazos, caigamos en la autocomplacencia y nos olvidemos de las reformas estructurales. Eso nos llevaría a una recuperación lenta o incluso a una década perdida", dijo Rehn en un discurso pronunciado durante el Foro Económico de Bruselas.

De no acometerse reformas estructurales, "nuestro potencial de crecimiento se quedará de manera permanente por debajo de la senda considerada posible antes de la crisis. Este es un riesgo muy real, porque la baja inversión y el aumento del paro estructural ya han reducido el potencial de crecimiento para los próximos años", alertó el comisario de Asuntos Económicos.

"Sin reformas, Europa se estancará, con un crecimiento medio de como mucho el 1,5% y con un nivel de paro, incluso tras la recuperación, de entre el 7% y el 8%", afirmó Rehn. El resultado será de 6 puntos menos de PIB y de 4,5 puntos más de paro al final de la década. "Esto erosionaría los fundamentos de nuestra economía social de mercado y drenaría los recursos necesarios para atender a los ciudadanos que necesitan asistencia", resaltó.

En contraste, si los Gobiernos emprenden "reformas estructurales ambiciosas" en los próximos años, el crecimiento potencial aumentará al 2% anual, lo que permitirá crear más de 10 millones de empleos y reducir la tasa de paro a alrededor del 3%.

¿Y después de los recortes, qué?

El comisario de Asuntos Económicos señaló que las reformas necesarias "no son nada nuevo", aunque su contenido preciso "varía de un Estado miembro a otro". Y citó en concreto la creación del mercado único en el sector servicios, la reforma laboral, la inversión en I+D y la simplificación del marco regulador para las empresas.

Rehn afirmó que la recuperación económica prosigue, aunque todavía es "bastante modesta y frágil". "La pregunta crítica es si la recuperación de la economía real podrá resistir las nuevas turbulencias financieras", reconoció.

A su juicio, es necesario que la retirada de los planes de estímulo en la UE vaya acompañada de "medidas importantes de consolidación fiscal para revertir las tendencias negativas en la deuda pública". "Recientemente, varios países de la UE, por ejemplo España y Portugal, han presentado nuevas medidas importantes de consolidación fiscal", indicó.

No obstante, insistió en que los países con más espacio fiscal pueden mantener una política "menos restrictiva" a corto plazo para favorecer el crecimiento y el empleo en Europa.

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