El FMI quiere que España ponga en marcha cuanto antes sus medidas de reducción del déficit, pero ha especificado que por ahora ni existe ni se está negociando ningún plan de ayuda a nuestro país y tampoco a Portugal. Así lo afirmó ayer el subdirector del organismo, John Lipsky, quien manifestó que el FMI no está manteniendo conversaciones con estos dos países para financiarles.
"Ciertamente estamos en contacto con sus autoridades (de España y Portugal), pero quiero aclarar que no hay debate ni negociación en este momento", afirmó Lipsky en una entrevista a Bloomberg.
El miedo a que la crisis griega se pueda extender a otros países de la eurozona ha dominado los mercados en los últimos días, aunque tanto desde el Fondo Monetario Internacional (FMI) como desde otras instituciones internacinonales como el Banco Central Europeo (BCE) e incluso desde los mismos gobiernos, se han esforzado por marcar las diferencias entre el país heleno y el resto de socios comunitarios.
España y Portugal, junto con Italia o Irlanda, están en el punto de mira por sus elevados niveles de déficit y endeudamiento. La incertidumbre que pesa sobre sus planes de estabilidad se ha visto acrecentada por las últimas decisiones de las agencias de calificación crediticia, que dudan de la efectividad de sus programas y no descartan que la crisis que vive Grecia se propague.
Reformas en marcha
De hecho, y tal y como había señalado su jefe, Dominique Strauss-Khan, Lipsky indica que una de las razones por las que la Unión Europea y el FMI acordaron el paquete de rescate a Atenas es el "potencial contagio al resto de Europa".
Por eso, insiste también en la importancia de que se materialicen los cambios en sus políticas fiscales y tomen las medidas estructurales que hagan falta para transmitir un mensaje de calma a los mercados, sobre todo después de haber gastado miles de millones de euros en los planes de estímulo.
"Para algunos países de la zona euro, la necesidad de actuar es clara y los mercados entienden que esta es la forma en la que hay que trabajar", afirmó el número dos del FMI, quien considera que "las presiones existen", pero que los gobiernos lo saben y que ya "están implementando medidas y que los mercados responderán a tiempo".