Ayer, Alan Greenspan compareció ante el comité de investigación del Gobierno estadounidense sobre la crisis, y hoy le ha tocado el turno a dos antiguos titanes de Citigroup, Charles Prince y Robert Rubin. Ambos se han disculpado por no haber previsto el "colapso sin precedentes del mercado" que se avecinaba.
"Sólo puedo decir que siento profundamente que nuestros directivos, empezando por mí, no fuesemos más clarividentes y no pudiésemos prever lo que teníamos delante", señaló en el Capitolio.
"Siento que la crisis financiera tuviera un impacto tan devastador en el país. Lo siento por los millones de personas, americanos medios que han perdido sus casas, y lo siento por nuestro equipo directivo que, como muchos otros, no pudieron ver el colapso sin precedentes del mercado", explicó.
Además, Prince aseguró que el mundo financiero necesita bancos más grandes y más diversificados, pero añadió que no es bueno para el país un sistema financiero que pueda resultar dañado por la quiebra o la amenaza de quiebra de instituciones financieras clave.
Las causas de la crisis
Junto al antiguo consejero delegado de Citigroup ha comparecido también el ex asesor de la entidad, Robert Rubin, ex copresidente de Goldman Sachs y ex secretario del Tesoro con Bill Clinton. El directivo, que sucedió a Prince al frente de la entidad cuando éste anunció su dimisión en noviembre de 2007 hasta que Vikram Pandit asumió el cargo, aseguró que la crisis fue debida a diversos factores.
Para empezar, Rubin destacó la influencia de un largo periodo de bajos tipos de interés. También fueron determinantes la subida de los precios de la vivienda, un incremento en la deuda de los consumidores y la consecuente "precipitosa" caída del valor de los inmuebles. Pero además, reconoció que el vasto crecimiento del uso y complejidad de los de derivados contribuyeron a las turbulencias posteriores, algo a lo que también hizo referencia Prince.
Tanto el ex consejero delegado como Rubin recibieron duras críticas tras el estallido de la crisis por ser considerados como dos de los artífices de las estrategias del banco, que llevaron a Citi al borde de la quiebra.
Greenspan se defiende: "No tuve la culpa"
