
El Índice de Precios al Consumo (IPC) en España bajó dos décimas en febrero y situó su tasa interanual en el 0,8%, según los datos publicados hoy por el Instituto Nacional Estadística (INE). La tasa subyacente, que no incluye los precios de los productos energéticos ni de los alimentos no elaborados, se mantuvo en el 0,1%.
La caída de la inflación interanual se debió principalmente a la evolución de los precios del transporte, cuya tasa anual descendió cinco décimas respecto a enero, hasta el 5,8%, consecuencia de la estabilidad de los carburantes, frente al repunte que experimentaron en febrero del año pasado.
También contribuyeron los precios de la alimentación, que disminuyeron tres décimas su tasa anual, hasta el -2,7%, su tasa más baja desde enero de 1994. El ocio y la cultura situaron su tasa anual en el -2,1%
Por comunidades autónomas, los mayores retrocesos correspondieron a Cantabria y Galicia, donde la inflación se redujo tres décimas y dejó su tasa interanual en el 0,9%. Navarra fue la única región donde se registró un incremento de los precios, hasta el 0,6%, una décima más que en enero de 2010.
Por su parte, la tasa de variación interanual de la inflación subyacente (índice general sin alimentos no elaborados ni productos energéticos) se mantuvo en el 0,1%, con lo que la diferencia con la tasa del índice general se reduce a siete décimas.
Evolución anual del IPC, base 2006
Índice general y subyacente
Fuente: INE
Descenso intermensual
En tasa intermensual, el IPC de febrero se situó en el -0,2%. Los alimentos y bebidas no alcohólicas registraron una tasa del -0,8% debido a las disminuciones de precios de la mayoría de sus componentes, entre los que destacan el pescado fresco, la carne de ovino, los aceites y los otros productos lácteos. Por su parte, el vestido y el calzado situaron su tasa mensual en el -1,5%.
En su nota, el INE destaca además las aportaciones positivas de las bebidas alcohólicas y tabaco, con una tasa del 1,6%, y otros bienes y servicios, con una tasa del 0,3%, derivado sobre todo por la subida de los precios de los seguros a la vivienda.