El déficit presupuestario, que en enero alcanzó el nivel récord de 46.000 millones de dólares, preocupa al Gobierno, pero no tanto como el desempleo. Por eso, no sólo no recortarán el gasto destinado a impulsar la economía, sino que es posible que lancen nuevas medidas de estímulo.
La presidenta del Consejo de Asesores Económicos de la Casa Blanca, Christina Romer, ha asegurado que cualquier intento inmediato por reducir el déficit presupuestario sólo conseguiría "inevitablemente cortar en seco la actual recuperación económica", tal y como sucedió en los años 1936 y 1937, "cuando la contracción fiscal y monetaria condujo a una segunda recesión antes de que se completase la recuperación de la Gran Depresión", explicó.
"La forma sensata de gestionar el déficit es con un plan a largo plazo", manifestó Romer en un discurso ante la Asociación Nacional de Economía Empresarial estadounidense (NABE, por sus siglas en inglés).
¿Más ayudas?
Además, ha defendido ante la prestigiosa asociación que son necesarios más estímulos fiscales para impulsar la creación de empleo. "El desempleo no es malo sólo para la gente, también es malo para el déficit. Es virtualmente imposible mantener el déficit bajo control cuando la tasa de paro permanece en torno al 10%", destacó.
Romer aseguró que el paquete de ayudas por valor de 787.000 millones de dólares puesto en circulación por la Administración de Barack Obama ha funcionado en su objetivo de sacar a la economía estadounidense de la profunda recesión.
Sin embargo, subrayó, van a ser necesarias medidas de estímulo adicionales para reducir el desempleo, que ahora se encuentra en una cifra "terrible".
Según indicó a los expertos de la NABE, las propuestas de Obama para crear puestos de trabajo contribuirán a rebajar la tasa de paro, aunque reconoció que la economía probablemente no crecerá lo sificiente como para restablecer el mercado laboral con rapidez.