
El BCE ha mantenido hoy los tipos de interés en el 3,75%, nivel al que llegaron el pasado 8 de marzo. El presidente de la entidad, Jean-Claude Trichet, considera que "la política monetaria sigue acomodaticia", por lo que habrá más subidas. El euro ha reaccionado con una escalada hasta los 1,35 dólares, el nivel más alto desde enero de 2005.
El banquero francés ha asegurado que el Banco Central Europeo (BCE) seguirá los riesgos inflacionistas "muy de cerca", una expresión que ha utilizado en otras ocasiones para señalar que habrá nuevos incrementos pero que no se efectuarán en la siguiente reunión, por lo que apunta a que el alza será en junio hasta el 4%. Una tésis que se ha visto reforzada cuando Tricchet ha comentado: "no diré nada que pudiese ayudar a cambiar las expectativas del mercado para el mes que viene".
Según José Luis Martínez, estratega de Citigroup, "lo que sí parece evidente es que el BCE no espera ir al verano con los tipos de interés actuales". Este analistas espera, sin embargo, que aplace la decisión lo más posible para tener mayor información. "La reunión de junio podría ser una buena opción para un alza", comenta.
Riesgos
Trichet ha afirmado que los riesgos para la estabilidad de precios a medio plazo aún apuntan al alza, por lo que "está garantizado un seguimiento muy atento de todos los desarrollos".
En opinión del presidente de la institución europea, "dado el favorable entorno económico, nuestra política monetaria continúa del lado acomodaticio, con los tipos de interés del BCE moderados, un crecimiento monetario y del crédito vigoroso y una liquidez amplia en la zona euro según todos los indicadores fiables".
Respecto a este último punto, uno de los temas que más ha preocupado al organismo, Trichet cree que "tras varios años de robusto crecimiento monetario, la liquidez es amplia en todas sus concepciones". Ha subrayado que en este ambiente, "la continuada y vigorosa expansión del crédito apuntan a un aumento de los riesgos" para la estabilidad de la inflación.
Los datos económicos son la clave
Para apoyar su idea de elevar más los tipos, el BCE puede aferrarse a los datos más recientes, que apuntalan la recuperación de la región. Así, la tasa de paro de la zona euro descendió en febrero hasta el 7,3 por ciento, la más baja desde 1993, y la confianza económica de la región creció en marzo hasta los 111,2 puntos, la más alta en seis años.
Además, el dato adelantado de inflación facilitado por Eurostat reflejó que los precios repuntaron una décima, hasta el 1,9 por ciento, en marzo. Aunque este nivel se mantiene dentro del objetivo del BCE de mantener la inflación por debajo pero cerca del 2 por ciento, los problemas pueden venir por el precio del crudo.