Economía

¿Qué pasa con el riesgo moral de rescatar a Grecia?

  • La UE sienta un precedente peligroso de consecuencias insospechadas

Seguramente, muchos de ustedes recordarán los duros debates que se vivieron en EEUU en otoño de 2008 sobre el riesgo moral de rescatar a toda la gran banca de ese país para evitar quiebras masivas y el colapso del sistema financiero. El riesgo moral consiste en el premio a los comportamientos malos o temerarios, puesto que, si conducen al desastre, habrá alguien que rescate al que se ha comportado así. En consecuencia, ¿cuál es el incentivo para hacer las cosas bien?

Aquel debate se resolvió por el pragmatismo: hasta Bernanke y el Gobierno de Bush reconocieron que estaban incurriendo en ese riesgo moral, pero lo consideraron un mal menor al lado del hundimiento del sistema financiero global, que habría sido el mal mayor. Y escogieron el más pequeño. Ahora, la UE parece haber aplicado la misma lógica con el rescate de Grecia: premiar a los países que peor lo han hecho es el precio que hay que pagar por evitar la quiebra de un socio de la zona euro y, en última instancia, la descomposición de la Unión Monetaria.

La cosa no deja de tener su gracia porque dicha Unión fue diseñada con la prohibición expresa de que los países pudieran tener déficits públicos descontrolados -de ahí el Pacto de Estabilidad que prolongaba la vigencia de los límites al déficit y a la deuda del Tratado de Maastricht después de la creación del euro- y de cualquier tipo de rescate entre países.

Así pues, este rescate supone una ruptura con los principios que dieron a luz el euro y abre un camino incierto. El blog de Iain Martin, en The Wall Street Journal, considera que este camino probablemente conducirá a una unión más estrecha entre los miembros de la zona euro que comprenderá el gasto público y los impuestos. "Si otros estados miembros tienen que pagar el precio de un gasto público desorbitado en uno de ellos al rescatarlo, entonces tienen sin duda derecho a decir mucho más en la política fiscal y de gasto de los demás", opina este columnista.

Martin recuerda el riesgo moral del rescate de la banca norteamericana, que sólo costó el cargo a varios presidentes de bancos, que en todo caso se fueron con generosas compensaciones y pensiones de por vida. Ahora la historia se repite, sólo que no le va a costar el cargo a los políticos de los países que, como España, han seguido políticas de gasto irresponsables.

La conclusión que pueden sacar muchos países, a su juicio, es que, en el futuro, no tiene sentido ser bueno y tratar de equilibrar el presupuesto, porque si las cosas salen mal, siempre serán rescatados. Y extiende su temor a los ciudadanos individuales, que no tendrán ningún incentivo para cumplir con sus obligaciones -principalmente, pagar impuestos y no defraudar a Hacienda- cuando ven que sus banqueros y políticos no sufren ningún perjuicio por su comportamiento negativo o irresponsable. "Si ser malo compensa, ¿para qué ser bueno?", concluye.

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