Práctica unamimidad, aunque esta vez con editoriales distintas, es la que ha habido en la prensa nacional de este sábado para calificar la nueva Ley de Economía Sostenible. Insostenible, sin concretar, ni frío ni calor, vaga y sin prioridades son algunos de los calificativos.
Para El País, la última iniciativa impulsada por el Ejecutivo socialista carece de "medidas de mayor calado para sentar las bases del cambio del modelo económico. El anteproyecto es mejorable, al menos en relación con las expectativas... muchas de esas medidas han sido anunciadas ya".
La Vanguardia titula en su portada: "El plan de economía sostenible es vago y no fija prioridades". Su editorial, titulado Una economía insostenible, hace hincapié en el alto nivel de desempleo y el desembolso que por ello ha de hacer el Gobierno. El diario de Godó afirma que "la medida de Zapatero no parece suficiente en absoluto para responder al objetivo".
ABC tacha la ley de "ocurrencia" elaborada a partir de una "retórica grandilocuente". "La realidad confirma las peores sospechas", y el resultado es "muy decepcionante". Tachan la iniciativa de "conjunto de ocurrencias" elaboradas a través de un concurso de ideas de varios ministerios en la que ni siquiera se aclara de forma rigurosa qué significa "sostenible". Pese a alguna medida razonable, algunas reformas están "basadas en el puro voluntarismo", y está muy lejos de ese anunciado "cambio económico". Así pues, un mero "cambio de imagen" muy poco creíble que, además, manifiesta el "fracaso" del Gobierno "en materia de vivienda y alquiler".
La Razón considera un ejercicio de "cosmética insostenible" de un texto producto de la "fabulosa maquinaria propagandística del Gobierno". La realidad es que el anteproyecto es "un catálogo de viejas medidas, retoques cosméticos, poca sostenibilidad, dosis de inquietante intervencionismo y alguna medida aislada positiva". Elaborada con "un cierto aire de improvisación".
Finalmente, el editorial de El Mundo titula la cuestión... "Y ahora, una Ley de Economía insostenible". Desde sus páginas, el diario recoge las declaraciones de The Economist, "España es el nuevo enfermo de Europa" para subrayar "un compendio de medidas ya anunciadas, buenos deseos y medidas banales que apenas tendrán impacto sobre la actividad económica".
Una ley que no tiene en cuenta el empleo
