
Estados Unidos está dispuesto a ampliar la lupa sobre el sistema financiero y su Sherlock Holmes renovado, en forma de reforma, se centrará en dos grandes casos que se traducirán en la creación de dos nuevas agencias: una dedicada a vigilar de cerca los mercados y garantizar la estabilidad del sistema, y otra encargada de cobijar a los consumidores.
La esperada propuesta de regulación de Christopher Dodd, presidente del Comité Bancario del Senado, llegó ayer como agua de mayo a la Cámara Alta. Una retahíla de medidas sintetizada en 1.136 páginas que, pese a no contar con el respaldo republicano, se convierte en otra importante osamenta sobre la que trabajar por una reforma del sistema financiero y con la que, sorprendentemente, la Reserva Federal perdería buena parte de su papel supervisor sobre la industria bancaria.
En la presentación de la propuesta, Dodd dejó claro que es indispensable "restaurar la responsabilidad y criterio del sistema financiero" para que los estadounidenses "recuperen la confianza en un sistema que funciona y les protege". "Es necesaria la creación de una base fundamental para que la economía vuelva a crecer y genere de nuevo empleo", añadió.
Pese a que el proyecto del presidente del Comité Bancario del Senado no está avalado por los republicanos, éste se perfila como la única apuesta factible sobre la que trabajar en la Cámara Alta, especialmente cuando, en el Congreso, el presidente del Comité de Servicios Financieros, Barney Frank, ya se ha puesto manos a la obra para orquestar una reforma que podría votarse en la Cámara Baja antes de finales de año.
Revisión de los mercados
Entre las medidas estrella de Dodd destaca la creación de una nueva agencia que supervise los posibles riesgos que puedan cernirse sobre los mercados y pongan en peligro la estabilidad financiera del país.
A diferencia de las propuestas esbozadas previamente por el Congreso y la Administración Obama, el senador demócrata ofrece, por primera vez, un plan concreto de cómo debería funcionar esta nueva entidad supervisora. Cabe recordar que tanto la Cámara Baja como los allegados a Obama son más partidarios de crear un consejo a partir de cuerpos reguladores ya existentes para encargarse de prevenir nuevas tormentas en el horizonte.
Sin embargo, Dodd prefiere empezar de cero con una nueva agencia que estaría dirigida por un elegido de la Casa Blanca y ratificado, posteriormente, por el Senado.
El proyecto de ley respalda, sin embargo, la creación de una entidad que proteja a los ciudadanos de prácticas relacionadas especialmente con hipotecas y tarjetas de crédito.
Bautizada con el nombre de Agencia Financiera de Protección del Consumidor y financiada a través de nuevas primas a aquellos bancos con más de 10.000 millones de activos en cartera, el nuevo cuerpo de supervisión controlaría a las compañías financieras a la hora de vender productos a sus clientes, así como las tarifas que los bancos cargan a los consumidores por el uso de tarjetas de crédito.
Esta nueva agencia contaría con un nuevo consejo formado por cinco miembros que necesitaría un voto mayoritario para realizar cualquier tipo de acción.
Unificación reguladora
En el plano bancario, Dodd prefiere unificar los distintos cuerpos reguladores, incluyendo la Corporación Federal de Seguros de Depósitos (FDIC, por sus siglas en inglés), para dar lugar a una sola agencia supervisora. Esto evitaría la costumbre muy extendida entre los bancos, y conocida como charter shopping, de buscar al regulador con las tarifas más bajas para asegurar su complicidad con el sistema legislativo. De todas formas, la FDIC continuaría siendo la Unidad de Cuidados Intensivos que acogerá a los moribundos bancos que deambulen por el sistema.
Tras la unificación de los cuerpos reguladores bajo un mismo techo, esta agencia, y no la Fed, sería la encargada de realizar pruebas de estrés a los bancos y garantizar su capitalización. Bajo esta circunstancia, el banco central estadounidense se desentendería de su papel supervisor de la industria bancaria y "podría centrarse únicamente en las políticas monetarias", señala Dodd en su propuesta. De hecho, el proyecto de ley del Comité Bancario del Senado prohibiría tajantemente a la Fed inyectar directamente capital a ningún banco solvente en situación de crisis.
Además, se obligará a los hedge funds y otro tipo de entidades similares a someterse al control de SEC.
Absueltos en Bear Stearns
Por otro lado, ayer, un jurado absolvió a los dos financieros, Ralph Cioffi y Matthew Tannin, que estaban acusados de mentir a los clientes antes de que colapsara, en junio de 2007, unas inversiones especulativas del banco que dirigían, Bear Stearns. La entidad se desplomó por completo un año después, convirtiéndose en la primer gran víctima de la crisis financiera global. Los cargos hubieran supuesto penas de 20 años de cárcel.