
Brasil ha resucitado la figura de James Tobin, y su famosa tasa 'antiespeculativa', para poner freno a la revalorización de su divisa, el real brasileño. En concreto, las autoridades han establecido a partir de hoy un impuesto del 2% a los capitales extranjeros destinados a invertir en la renta fija y la bolsa brasileña.
De este modo, tratan de atemperar la fortaleza de su moneda, que hasta hoy acumulaba una subida del 26% contra el dólar estadounidense en 2009. Al mismo tiempo, pretenderían igualmente enfriar la entrada masiva del denominado 'dinero caliente' o especulativo, aquel que entra y sale rápidamente de un país con el objetivo de conseguir un rápido rendimiento.
En este sentido, el nivel en el que se encuentran los tipos de interés en Brasil, que están en el 8,75%, y la reciente designación como sede olímpica pueden actuar como reclamo para la llegada de ese dinero.
Las reacciones a la medida no se han hecho esperar. El real se deprecia un 1,7%, su mayor caída en mes y medio, hasta las 1,74 unidades por dólar. También cede terreno con fuerza el índice bursátil Bovespa, que se ha dejado un 2,88%, hasta los 65.303 puntos.
Y es que el llamado Impuesto a las Operaciones Financieras (IOF), que comenzó a ser efectivo el martes, es aplicado al capital extranjero destinado a renta fija y bolsa, y no a las inversiones productivas (como obras de infraestructura industrial por ejemplo).
"Prevenir la especulación"
El objetivo del impuesto es "prevenir la excesiva especulación y lograr un fortalecimiento del real", la moneda brasileña, explicó el ministro de Hacienda, Guido Mántega.
Brasil viene captando fuertes ingresos de capital, en buena parte para inversiones en la Bolsa de Sao Paulo <:IBV.83:>, la mayor de la región, luego de haber pasado la crisis financiera sin grandes sobresaltos y haber sido uno de los países que mostró primero señales de recuperación de su economía tras la debacle mundial.
En defensa de las exportaciones
Con el creciente ingreso de capitales del exterior, el gobierno brasileño mostró señales de preocupación con relación a sus exportaciones, que pierden competitividad al volverse más caras.
En los últimos meses, el Banco Central brasileño aumentó la compra de dólares en el mercado local, limitando en algo la apreciación de la moneda y fortaleciendo a la vez las reservas monetarias del país, que superan ya los 230.000 millones de dólares.
Duras críticas
Sin embargo, esta tasa recién nacida ya levanta ampollas. El nuevo impuesto "no será efectivo", dijo a AFP Luis Afonso Lima, titular de la Sociedad Brasileña para Empresas Transnacionales y Estudios de la Globalización.
"No va a contener el aumento del real. Y no es conveniente porque penaliza operaciones como las opas", indicó este experto.
El gobierno se está "disparando en el pie" con este nuevo impuesto, dijo Nathan Blanche, especialista en tipos de cambio y socio de la firma Tendencias Consulting, al diario O Estado de S Paulo.