
El ex ministro de Administraciones Públicas, Jordi Sevilla, ha querido expresar su preocupación por la situación económica de nuestro país, en este momento de teórica recuperación. En una semana en la que la actualidad política ha deparado numerosas declaraciones sobre las previsibles dificultades añadidas que esta mejora tendrá en nuestro país, Sevilla centra el debate en "si nos quedaremos varados en tasas bajas de actividad o si viviremos una corta recuperación más significativa, seguida de una recaída".
Las preocupaciones se centran en esta posible recuperación en forma de 'L' o de 'W' que, en caso de darse, podría provocar que la inestabilidad económica de nuestro país todavía se alargase en el tiempo. La salida a esta situación se antoja complicada, y podría pasar por estos periodos de recaída, o de estabilidad en un crecimiento insuficiente, que conllevarían una considerable lentitud a la hora de salir de la crisis, en comparación con el resto de economías mundiales.
Sevilla manifiesta en las páginas del periódico El Mundo su preocupación por el camino que han tomado los dirigentes españoles. "Aquí se ha optado por una absorción lenta del problema, y (...) cuando los demás hayan superado sus problemas de solvencia, (...) nuestro sistema estará inmerso en un momento delicado del ajuste". Es un complicado pronóstico de cara al futuro de nuestra economía, que podría ser incapaz de mantener el ritmo mundial y acusar dificultades que no se vivirán en otros países de nuestro entorno.
El ex ministro también señala la advertencia que supone el último informe de Moody's, en el que la agencia de medición de riesgos "alerta sobre el deterioro adicional en las cuentas de nuestro sistema financiero, como consecuencia del excesivo peso de ciertos activos en sus balances". Un problema que quizá sufra nuestra economía cuando se haga patente el lastre que nos pueda provocar nuestro deteriorado sistema inmobiliario.
En todo caso, Sevilla deja una puerta abierta al optimismo, y considera que "el futuro no está escrito" y lo que hagamos en este momento aún puede mejorar las expectativas. Los temores sobre la progresión se podrían solventar si se parte de "un diagnóstico correcto de la situación, incluyendo las dudas sobre la calidad de nuestra recuperación si no hacemos algo más que lo conocido hasta ahora". Y para ello, emplaza a nuestros políticos a trabajar en el próximo debate parlamentario sobre los Presupuestos, para "mejorar nuestras posibilidades futuras a partir de la puesta en marcha de un programa de reformas".