
Los extranjeros son los trabajadores más afectados por la crisis económica y el paro, de acuerdo con un informe elaborado por Ranstad. Según indica, además de sufrir más el desempleo que los trabajadores nacionales, tienen más problemas para encontrar un puesto de trabajo, debido a su vinculación con los sectores más dañados por la recesión.
Los trabajadores extranjeros presentan una tasa de desempleo 10 puntos superior a la de los españoles (28% frente a 18%) y, además de estar ligados a los sectores económicos donde más se ha cebado la crisis, su inserción en el mercado laboral se ha producido en puestos de baja cualificación, lo que les impide recolocarse con facilidad.
Además, cada vez son más los inmigrantes que quieren empezar a trabajar, en especial las mujeres, de manera que la tasa de población activa del colectivo se sitúa actualmente en el nivel del 77,5%, frente al 60% de los españoles.
Los primeros en notar la crisis
Ranstad apunta en su análisis a que, en un principio, el crecimiento del desempleo entre los extranjeros se debió al pinchazo de la construcción y después a la caída de la industria y los servicios. "De ahí que hayan sido ellos los que primero notaron la crisis y los que, en general, llevan más tiempo parados", señala.
Así, el paro entre los inmigrantes afectó primero a los varones, empleados generalmente en la construcción y la industria, y más tarde a las mujeres, que ocupaban principalmente puestos de baja cualificación en los servicios (hostelería, restauración, limpieza, etc.).
Asimismo, las mujeres extranjeras están incrementando "mes a mes" su cifra de paro, pues van "a remolque" de sus compañeros, de tal forma que se han visto obligadas en muchos casos a intentar acceder al mercado laboral, desconocido por muchas hasta el momento, cuando sus parejas se han quedado en paro.
Los más afectados
El informe resalta que sólo a partir del momento en que la crisis comenzó a afectar a todos los sectores y niveles de cualificación fue cuando los españoles empezaron a superar las cifras de los inmigrantes, al menos en valores absolutos.
Otro punto que hace notar Randstad es que el desempleo inmigrante no ha afectado a toda su población por igual. De hecho, las mayores tasas de paro las están registrando los extranjeros que más mano de obra aportan, es decir, los rumanos, los ecuatorianos y los marroquís.
En cuanto a las perspectivas de futuro del colectivo, Randstad señala que los inmigrantes en situación regular que llevaban mucho tiempo trabajando en España y tenían un alto arraigo social han podido percibir la prestación por desempleo correspondiente, pero advierte de que en muchos casos ésta está llegando a su fin.
En el caso de los extranjeros con menor arraigo, las perspectivas de empleo son también negativas, pues el aumento del paro entre los nacionales está elevando la competencia entre ambos colectivos y eso les hace más vulnerables. No obstante, los inmigrantes poseen una gran ventaja competitiva respecto a los españoles y es su alto grado de movilidad, muy superior al de los nacionales.