¿Cuánto pagaría el presidente del Gobierno por vender a toda España que tiene asegurada la paz social con más de cuatro millones de parados? José Luis Rodríguez Zapatero ofrece 22.500 millones de euros, es decir, 2,1 puntos del Producto Interior Bruto, para satisfacer las exigencias de los sindicatos y de la patronal y poder hacerse la tercera gran foto de esta legislatura.
Si bien es cierto que las dos últimas le resultaron bastante más fáciles por quedarse sólo en una mera declaración de intenciones sobre el diálogo social. Pero esta nueva oferta no satisface las exigencias de la confederación empresarial CEOE. En la reunión celebrada ayer en Moncloa, la patronal rechazó la propuesta del Ejecutivo que incluía una rebaja de 1,5 puntos de las cotizaciones (1 punto temporal, sólo para 2010, y el medio punto restante de forma estructural).
Para conseguir la foto de consenso social, la CEOE exigió al Gobierno que presentara un nuevo borrador, en el que enuncie la reforma laboral y una rebaja superior de las cuotas sociales. El Ejecutivo se negó en un primer momento, pero para no renunciar al acuerdo convocó un encuentro bilateral con la patronal para hoy.
En definitiva, Zapatero acudió ayer a la cena de Moncloa, celebrada horas más tarde, sabiendo que no conseguiría en ese momento la firma del pacto. Tal vez, tenga que pagar más por conseguirla. Pero, ¿qué es lo que realmente se va a conseguir con este acuerdo? La respuesta de los expertos consultados por este diario ha sido unánime: nada.
Sin embargo, ese nada viene acompañado de una fuerte campaña mediática. "La prioridad era conseguir la firma y se han dejado fuera del acuerdo temas necesarios para impulsar la economía, como la negociación colectiva, los costes del despido o la movilidad funcional de los trabajadores", señala Gregorio Izquierdo, director del Servicio de Estudios del Instituto de Estudios Económicos.
Rigidez laboral
La necesidad de introducir mayor flexibilidad en el mercado laboral es imprescindible. La actual normativa reguladora es el Estatuto de los Trabajadores, aprobado en 1980 y que desde entonces no ha sufrido ninguna modificación.
Fernando Fernández, rector de la Universidad Antonio Nebrija, explica que "esta normativa no responde a las necesidades actuales, ya que cuando se construyó no existía un mercado globalizado, ni se había producido la revolución tecnológica. Así que, nos movemos con unos derechos y unas obligaciones desfasados y seguiremos igual después de firmar este acuerdo, porque no abarca ninguna reforma laboral".
Respecto a lamedida con la que el Gobierno quiere obtener la firma de la confederación empresarial CEOE (la rebaja de cotizaciones empresariales) "no tendrá ningún impacto", afirma Fernando Fernández, porque es un recorte "demasiado moderado y temporal". La rebaja de las cuotas sirve para "fomentar que la recuperación, cuando llegue, sea mucho más ágil y se pueda crear empleo rápidamente. Por tanto, no tendrá repercusión". Y es que España es uno de los países de la OCDE con las cotizaciones más altas.
Un parche político
Para Gregorio Izquierdo, "el Ejecutivo es el que sale principalmente favorecido con el acuerdo. Aunque las medidas adoptadas se sustenten sobre más gasto público, Zapatero venderá que ha hecho lo que los empresarios y los sindicatos han querido y que se ha hecho con consenso. Así que, si sale algo mal, comparte la responsabilidad".
No obstante, y según apunta Pascual Fernández, director del Centro de Estudios de Economía de Madrid, volver a recurrir al gasto público para camuflar los problemas del mercado laboral "llevará a que se produzca una situación de shock financiero". La razón, según señala, "es que los bancos no pueden disponer de su escasa financiación para sufragar el déficit del Estado".
Pero, ¿el diálogo social es algo más que un mero espectáculo mediático? El diálogo social se ha quedado en un "vacío político", según explica Lorenzo Bernaldo de Quirós, presidente de Freemarket. "Se trata de un instrumento para que el Ejecutivo abdique de su responsabilidad constitucional", asegura. Y es que lejos de favorecer la construcción de un mercado laboral más eficiente, algunas medidas recogidas en el documento?como el nuevo subsidio para parados? pueden, incluso, perjudicar a largo plazo.
Para Bernaldo de Quirós, "esta medida generará paro de larga duración". Por tanto, "mientras el Gobierno no asuma que el problema es laboral, no cambiará nada", concluye. Todos los expertos aluden al empeoramiento que se prevé a la vuelta del verano para constatar lo insignificante del acuerdo tomado. Eso sí, Zapatero puede presumir de haber manejado los hilos de tal forma que, pese a contar con casi cinco millones de parados, no ha tenido que enfrentarse al dolor de cabeza que supone una huelga general.