
La Unión Europea lleva meses apelando a la relevancia de la relación comercial con Estados Unidos para evitar convertirse en objetivo de la amenaza arancelaria de Donald Trump. Su empeño por disipar tensiones comerciales y un posible conflicto entre ambas regiones parece no haber surtido efecto, después de los anuncios de esta semana del líder republicano. Las tasas a las importaciones de acero y aluminio primero, y luego las tarifas recíprocas para todos los países han puesto al bloque comunitario en guardia. Para proteger la que es la mayor relación bilateral comercial del mundo habla de posibles represalias.
La UE y Estados Unidos son los mayores socios comerciales del mundo, juntos aglutinan el 42% del PIB global. El comercio ente ambas regiones se eleva a 1,5 billones de dólares, el equivalente a un intercambio diario entre uno y otro lado del Atlántico de bienes y servicios por valor de 4.400 millones de euros. El superávit de la UE es de 150.000 millones de dólares en comercio de bienes y el de EEUU de 100.000 millones en comercio de servicios. Por tanto, la balanza es positiva para la UE en 50.000 millones en favor de Europa.
"Ninguna otra economía del mundo está tan integrada como la estadounidense y la europea", evidenciaba la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen durante el Foro Económico Mundial. Los motivos los sostenía el comisario de Economía, Valdis Dombrovskis: "el volumen entre nosotros asciende a 1,5 billones de euros, lo que representa el 30% del comercio mundial. Dos tercios de todos los activos estadounidenses en el extranjero están en Europa y Estados Unidos suministra más de la mitad de nuestro GNL. Y podría seguir con esto".
El mensaje que han reiterado los líderes de la UE es que ambas regiones se juegan mucho si se elevan las tensiones comerciales, no solo en el plano económico sino también el geopolítico, con la guerra de Ucrania o Gaza en el horizonte. El país norteamericano es el primer socio comercial de la UE y viceversa. Supone el 16,7% de las relaciones comerciales del Club de los Veintisiete, seguido por el 14,6% de China y el 10,1% de Reino Unido. En sentido contrario, el bloque representa el 18,6% de las relaciones comerciales de EEUU, le sigue México con el 15,7% y el 15,2% de Canadá.
Además, en la última década, contemplando el periodo entre 2013 y 2023, el comercio entre ambas regiones duplicó su volumen. Los tres principales bienes que importa Europa del otro lado del Atlántico es petróleo y derivados, productos sanitarios y gas natural. A la inversa, Washington importa principalmente bienes relacionados con productos sanitarios y farmacéuticos, vehículos y medicinas. Ambas regiones mantienen también una estrecha relación inversora. Las empresas de las dos partes invierten 5,3 billones de euros en los mercados de la otra parte, en datos de 2022.? Además, las exportaciones de Washington a Bruselas sostienen 2,3 millones de puestos de trabajo al otro lado del Atlántico, y las inversiones de empresas comunitarias emplean a 3,4 millones de personas.
Si en un primer momento la UE abogaba por conciliar, haciendo hincapié en la importancia de una relación equilibrada, predecible y estable, la consumación de las amenazas del presidente republicano ha traído al frente una palabra que hace meses resuena por los pasillos de Bruselas: represalias. Cierto es que algunos líderes comunitarios han tratado de evitar en este terreno, poniendo el foco en otras argucias con las que convencer al Trump. Pero a la hora de la verdad, lo que ha mostrado el bloque comunitario es una clara voluntad de respuesta frontal. Sin ir más lejos, con ese aviso de "contramedidas firmes y proporcionadas" que destilaba Von der Leyen.
En un intento por evitar subir el tono y tomar un enfoque más pragmático, la presidenta del BCE, Christine Lagarde, y posteriormente otros líderes de la UE, abogaban por una táctica en la que la dependencia comercial de la UE de EEUU le obligara a suavizar las derivas comerciales. Decía la francesa que la solución pasaba por comprar más productos estadounidenses, tanto en materia energética como militar. Y es que cabe recordar que Washington es el principal proveedor de gas natural licuado (GNL) de la UE así como de suministro militar.