Bruselas, 9 ene (EFECOM).- La Confederación Europea de Sindicatos (CES) advirtió hoy sobre las "importantes" consecuencias de dos casos que examina esta semana el Tribunal de Justicia de la UE, sobre los derechos de los trabajadores de la Unión frente a empleados menos costosos de otros países comunitarios.
"Los dos casos son extremadamente importantes para los estándares de relaciones laborales" en la Unión Europea, afirmó el secretario general de la CES, John Monks, en una conferencia de prensa.
El Tribunal celebró hoy la vista en el caso de Laval, una empresa letona que ganó un concurso para construir una escuela en Suecia y que trató de llevar a ese trabajadores de Letonia, pero a la que se exigió el cumplimiento de las condiciones laborales y salariales estipuladas para el sector de la construcción sueco.
Mañana, la corte verá un caso similar planteado por un sindicato de transportes sobre una naviera de Finlandia que quiere abanderar un barco en Estonia y sustituir a la tripulación finlandesa por una estonia, más barata.
La CES considera que estos dos casos no afectan solo a los países escandinavos, sino que pueden tener repercusión en toda Europa, ya que pueden tener consecuencias en las condiciones laborales de todos los trabajadores.
Monks explicó que en el "caso Laval" se quiere usar "a un grupo de trabajadores desplazados contra las condiciones laborales" de un Estado miembro de la Unión, y advirtió de que esta situación podría ocurrir en cualquier otro país comunitario, ya que "no es un caso únicamente escandinavo".
Erland Elauson, vicepresidente de la confederación de sindicatos suecos LO, negó que se trate de un rechazo a los trabajadores extranjeros, como lo demuestra que Finlandia y Suecia son los dos únicos países que no han aplicado medidas temporales para posponer la entrada en sus mercados de trabajadores rumanos y búlgaros, cuyos países entraron en la UE el pasado día 1.
"Todos son bienvenidos, pero en las mismas condiciones", afirmó Elauson, quien recalcó que se intenta defender el principio de "igual salario por igual trabajo" sin importar la nacionalidad del trabajador.
En el caso Laval, esta empresa letona quiso acogerse al principio de libre circulación de trabajadores y de prestación de servicios para no cumplir el convenio colectivo del sector de la construcción sueco y pagar salarios de nivel letón a trabajadores traídos temporalmente de ese país báltico.
Además de las partes implicadas, en la sesión de hoy presentaron alegaciones orales la Comisión Europea, trece países comunitarios (entre ellos España) así como Noruega e Islandia, que pueden hacerlo en su condición de miembros del Espacio Económico Europeo.
Estonia, Letonia, Lituania, Polonia y Eslovaquia apoyaron a la empresa en la vista.
Elauson se preguntó por qué esos países "quieren vender baratos a sus trabajadores" cuando podrían conseguir salarios equivalentes a los de los países más ricos de la UE.
La vista para el otro caso se celebrará mañana miércoles y se refiere a los derechos laborales de los trabajadores de los buques propiedad de navieras radicadas en la Unión Europea.
El caso comenzó cuando la naviera finlandesa "Viking Line" decidió abanderar en Estonia uno de sus transbordadores que cubre el trayecto entre ambos países, y cuya tripulación está afiliada al Sindicato Finlandés de Marinos.
La Federación Internacional de Trabajadores del Transporte, con sede en Londres, planteó el caso ante un tribunal británico, con el objetivo de garantizar que los sindicatos del país donde se encuentra la propiedad efectiva de los buques puedan acordar convenios que afecten a la tripulación de esos navíos. EFECOM
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