Economía

Los líderes de la UE sellan un compromiso para terminar la reforma de las reglas fiscales este año

  • Instan a los ministros de Economía y Finanzas "concluir los trabajos legislativos en 2023".
  • En 2024 volverán a aplicarse las reglas de la gobernanza económica que se suspendieron por la pandemia
El presidente del Gobierno en funciones, Pedro S?nchez, el primer ministro de Grecia, Kyriakos Mitsotakis, el presidente del Consejo de la UE, Charles Michel y el presidente de Francia, Emmanuel Macron.
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La revisión de las reglas fiscales, que se articula como una de las grandes reformas del semestre de la presidencia española del Consejo de la UE, aprieta el ritmo. Los líderes de la UE se han comprometido a finalizar la revisión del Pacto de Estabilidad y Crecimiento antes de final de año, a tiempo para la desactivación de la cláusula de escape que durante la pandemia permitió suspender las reglas de déficit y deuda comunitarias.

Los líderes invitan a los ministros de Economía y Finanzas de la UE (Ecofin) "a avanzar los trabajos sobre la Revisión de la Gobernanza Económica, con vistas a concluir los trabajos legislativos en 2023", reza el texto de conclusiones de la Cumbre. Aunque dentro de la sala, los jefes de Estado y de Gobierno no debatieron sobre el tema, según informaron fuentes diplomáticas.

Se refirió a tal límite temporal el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, a su llegada al encuentro cuando destacó la "relevancia" de la negociación del Pacto de Estabilidad y Crecimiento y la revisión del marco financiero plurianual e instó a llegar a "un acuerdo antes de final de año". Un empeño en el que "el Gobierno de España se va a implicar, y yo personalmente, para que estos dos expedientes tan importantes se culminen con un acuerdo antes de que se finalice el año".

También el presidente del Eurogrupo, Paschal Donohoe, enfatizó la "importancia" de un acuerdo sobre la revisión del Pacto de Estabilidad y Crecimiento a final de año. El irlandés reconoció que el cambio de las reglas fiscales tendrá un impacto sobre las economías de los Estados miembro, aunque puntualizó que éste dependerá en función de los déficits de cada país.

El motivo de tal premura radica, como explicó el primer ministro portugués, Antonio Costa, en que "si no hay un acuerdo a partir de enero, las reglas serán aplicadas y habrá un conjunto de países que difícilmente las podrán cumplir", ha señalado para añadir que esta revisión debe ser "inteligente".

La clave está, según la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en la necesidad de "una fuerte base económica para construir nuestra futura competitividad. Es un reto, pero también necesitamos reglas fiscales que puedan adaptarse a ese reto. Unas finanzas abiertas y sanas abren espacio para más inversión", ha apuntado en rueda de prensa al cierre del encuentro. 

El plazo de cierre de año ha estado sobre la mesa desde que se planteó la reforma de la gobernanza económica. Y es que en 2024 volverán a aplicarse las reglas que establecen que los países no deben superar un déficit del 3% del Producto Interior Bruto y del 60% en el caso de la deuda. La revisión, que contrapone a los países más proclives a impulsar la inversión y aquellos favorables a la disciplina fiscal, debe zanjarse a tiempo. Todo ello después de que la anterior gobernanza económica probara ser poco realista a la hora de ponerla en práctica.

Plateaba como intención la vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, en el Ecofin de septiembre, que tuvo lugar en Santiago de Compostela, que en el encuentro de octubre se iniciara la negociación política sobre este tema, con una propuesta de texto legislativo por parte de España, en calidad de presidencia semestral del Consejo de la UE, en aras de aproximar posturas.

No fue así y la cita de la pasada semana constató las distancias entre los países. El choque que mantenían Alemania y Francia, la primera proclive a establecer una cifra obligatoria para la reducción anual de la deuda y la segunda reticente a "reglas automáticas e uniformes", se saldó con un compromiso de acercar posturas entre Berlín y París, al margen del liderazgo del España en esta conversación tal vital para la UE.

La novedad aportada por Sánchez al cierre del encuentro radica en vincular la revisión del presupuesto comunitario y las nuevas reglas fiscales. Se configuran como un paquete, según ha afirmado, y considera que son dos temas "muy relacionados" porque "afecta a la consolidación fiscal, a los presupuestos nacionales y a las aportaciones en el ámbito comunitario". 

Las tradicionales posturas de los frugales se replican en ambos escenarios. Alemania y Países Bajos son reticentes a destinar nuevas contribuciones al presupuesto comunitario, que según la propuesta de la Comisión Europea requeriría 100.000 millones de euros adicionales para el periodo de 2024-2027. Tanto es así que el canciller alemán, Olaf Scholz, avisó a sus homólogos que es momento de limitar el gasto de la UE, según recoge Bloomberg. Todo ello considerando que Berlín, junto con Países Bajos y Francia son los mayores contribuciones realizan a la cartera comunitaria.

Las reglas fiscales se articulan también como un reflejo de tales contraposiciones. Alemania, que plantaba la senda de reducción de deuda como requisito de partida sumó a sus demandas que el nivel del 3% de déficit sobre el PIB sea el límite máximo. De esta manera, plantea que el objetivo debe ser más bajo, una fórmula en línea a la que aplicaban ya las reglas fiscales anteriores.

En este debate, París es vocal por dejar espacio a la inversión. Por dejar atrás las reglas rígidas del anterior Pacto de Estabilidad y, en su lugar, hablar de "deuda sostenible" y "compatible con su nivel de crecimiento e inversión". También Roma presiona, en este caso, por incluir el gasto en defensa y las inversiones públicas como "objetivos políticos estratégicos".

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