
Lucha contra el proteccionismo; entrada inmediata de Brasil e India, China y Rusia (BRIC) en las estancias más exclusivas de las organizaciones financieras internacionales; y estrecha coordinación de los organismos reguladores internacionales. Alistair Maclean Darling, de 56 años, ministro de Finanzas de Reino Unido aboga en esta entrevista por la internacionalización. Un tema que siente como suyo desde su juventud, cuando militaba -según dicen sus biógrafos- en grupos trotskistas escoceses.
Pasiones adolescentes, que hoy le vienen como anillo al dedo para hacer un llamamiento al trabajo en común . Y lo hará en calidad de representante del país que más está pagando el pato del credit crunch durante la reunión del G-7 financiero en Roma este fin de semana. Después lo repetirá desde Londres en el G-20 del próximo mes de marzo.
P ¿Qué tiene que salir de la reunión del G-7 en Roma?
R Lo más importante no es establecer iniciativas por parte de cada país para salir de la crisis, sino la coordinación de las diversas acciones. Además, hay que volver a proclamar de forma clara la voluntad de cooperar entre todos para restablecer la credibilidad del sistema bancario y su capacidad para garantizar el crédito, ahora que la recesión se agrava. En tercer lugar, desearía que el G-7 y el G-20 reconociesen la necesidad de revisar las instituciones internacionales, hijas de la posguerra. Sesenta años después, países que eran antes económicamente insignificantes han entrado en el club de los grandes actores globales: China, India, Brasil y Rusia tienen que entrar en el Fondo de Estabilidad Financiera. Por último, hay que rechazar y derrotar cualquier tipo de tentación proteccionista, aunque sea una tentación que nos asalte sin darnos cuenta.
P ¿Proteccionistas por casualidad?
R Aclarémoslo bien. Yo levanto la voz con fuerza y determinación contra el proteccionismo sistémico. Es verdad, sin embargo, que hemos intervenido a favor de los bancos, sabedores de que el crédito es esencial. Lo mismo pasó en EEUU y Alemania. También hemos apoyado a la industria automovilística, al igual que han hecho otros socios europeos. Porque las acciones conjuntas y consensuadas siguiendo la lógica de una amplia cooperación reducen el riesgo de proteccionismo. Hemos pedido a los bancos que ayuden a las empresas asentadas en el país a cambio de nuestra garantía, porque si lo hiciesen a fondo perdido sería un problema. ¿Qué los puristas del liberalismo rechazan esta idea? A ellos les recuerdo que la alternativa consiste en no tener bancos.
P La libra esterlina ha sufrido una profunda devaluación y proliferan las voces de los que apuestan por la adhesión británica al euro. ¿Ocurrirá algún día?
R Nuestra postura respecto al euro es la misma que en 2003. Sencillamente, la cuestión ni se plantea. La crisis no ha cambiado nada. Los problemas son de otro orden y de otro tipo. Nuestra atención tiene que concentrarse en corregir las condiciones de fondo. Por ejemplo, hay preocupación por los efectos que la crisis pueda provocar en las economías emergentes. Es en esto donde tienen que jugar un papel primordial los organismos internacionales.
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