
El presidente electo de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, ha puesto los deberes a Miguel Arias Cañete como comisario de acción climática y energía para los próximos años de mandato.
En una carta remitida al futuro comisario español le pone como objetivo que la Unión Europea se convierta en el número uno mundial en energías renovables. Para ello, y con el objetivo de resultar creíbles, reclama un objetivo del 30% de eficiencia energética para el año 2030.
Entre las misiones encargadas figura presentar en los primeros tres meses de mandato un plan de inversiones en infraestructuras energéticas como interconexiones, así como en energías renovables y en eficiencia energética.
La intención es contribuir a establecer la Unión Europea de la energía de forma que se puede negociar con una única voz con terceros países, en una clara alusión a Rusia y que se pueda tener la posibilidad de cambir los flujos de energía si resulta necesario. Este extremo resulta especialmente positivo para España que puede convertirse en un hub del gas para Europa gracias a las plantas de regasificiación que ya están instaladas.
La Unión Europea quiere además que se cumpla con el esquema de comercio de emisiones de CO2 de forma que se puedan cumplir los objetivos climáticos al menor coste posible y que se asegure el suministro diversificado con rutas de importaciones de energía.