España sufre el cuarto 'tijeretazo' en tres años en la calificación crediticia de Standard and Poor'sEl Gobierno francés reconoce que ha perdido la triple corona de la agencia estadounidense
El anuncio se hizo esperar, pero tras semanas de rumores sobre un posible recorte a la nota crediticia de la economía gala, ya existe una nueva realidad. Sólo quedan doce magníficos -cuatro de ellos de la eurozona- entre los países que obtienen la máxima calificación crediticia por parte de las tres agencias principales de calificación -Moody's, Standard and Poor's (S&P) y Fitch-. En esta ocasión, la responsable de incrementar la exclusividad este club fue S&P, que ayer le recortó la triple A a Francia y Austria rebajando en un escalón su nota crediticia hasta AA+, Y suma y sigue. En total, los recortes afectaron a 9 países, entre ellos, España.
A última hora del día, la agencia de medición de riesgo S&P también confirmó la rebaja en un peldaño de la calificación de la deuda de Malta, Eslovaquia y Eslovenia (ver gráfico), y la degradación en dos posiciones de la nota de Italia, España, Portugal y Chipre. Al respecto, la calificadora declaró que su recorte masivo responde a que " las iniciativas políticas tomadas por los lideres europeos en las últimas semanas pueden ser insuficientes para atajar totalmente el estrés sistemático en la zona euro".
El Fondo de Rescate se resiente
El primero en prestar declaración fue el ministro de Finanzas francés, François Baroin, que aseguró que la pérdida de la triple A "no es una catástrofe". Sin embargo, la verdadera consecuencia de esta rebaja es el debilitamiento del Facilidad Europea de Estabilidad Financiera (FEEF), dotado con 440.000 millones de euros por parte de algunos países de la Unión Europea gracias a las garantías, por valor de 780.000 millones de euros, de los países de la eurozona.
La pérdida de calidad de la deuda de los estados que avalan a este instrumento puede suponer la antesala de la degradación de este fondo, hasta ahora también con mejor nota de solvencia. No en vano, este fondo se dota con emisiones de estos países, de manera que una rebaja de su calificación repercute en que a este Fondo le resulte más caro captar recursos en los mercados financieros -ya que muchos fondos de inversión solo invierten en deuda de máxima solvencia y al perder esa distinción se reduciría los posibles demandantes de sus títulos- para luego prestárselos a los países intervenidos.
La importancia de que uno de los afectados por el recorte de S&P sea Francia radica en que la economía gala es, tras Alemania, quien más aporta a esta hucha. En concreto, Francia dota un 20,4 por ciento del total frente al 27 por ciento del país germano. Por detrás, se sitúan España e Italia, con una aportación a este fondo de un 12 y un 18 por ciento, respectivamente. Aunque el recorte en las emisiones de estos dos países influye en menor medida que la rebaja a Francia, ya que no conservaban una nota de triple A.
Reacción en los mercados
Los mercados reaccionaron ante el rumor, y no ante la noticia. Y, aún así, la simple filtración de que el recorte de S&P llegaría fue motivo suficiente para desinflar las ganancias de las bolsas europeas que cerraron prácticamente planas. Pese a que no se esperaban referencias macroeconómicas relevantes, sólo el Ibex 35 consiguió aguantar en positivo con una subida del 0,28 por ciento, hasta los 8.450 puntos. El resto de plazas del Viejo Continente cerró en números rojos, siendo la bolsa italiana la que más sufrió las garras de los osos con pérdidas superiores al 1 por ciento. Al otro lado del Atlántico, la apertura de Wall Street también fue a la baja a pesar del buen dato de la confianza de los consumidores estadounidenses, elaborado por la Universidad de Michigan, que fue el más alto desde el mes de mayo.
Pero donde de verdad se sintió la reacción a la decisión de S&P fue en los mercados de renta fija. Desde el momento en el que se filtró la información, los inversores reflejaron sus temores en la deuda del país galo. La prueba de ello es que la prima de riesgo francesa, medida por la diferencia entre su bono a diez años y el germano, repuntó un 8,72 por ciento, hasta los 131 puntos básicos. Una subida que puso fin al relajamiento que el diferencial francés experimentó durante cuatro días seguidos. Lo mismo sucedió con el bono galo, cuyo rendimiento ascendió hasta el 3,07 por ciento. Sin embargo, Francia no fue el único país que sufrió la tensión.
También España, sufrió en sus carnes el desconocimiento inicial de quiénes serían los países señalados finalmente por S&P. Así, la prima de riesgo española, medida por la diferencia entre nuestro bono y los alemanes a diez años, se elevó hasta los 345 puntos básicos, desde los 329 puntos básicos con los que cerró el jueves. Mientras que el rendimiento del bono español a diez años también aumentó al 5,22 por ciento.