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Volkswagen Golf GTE: ¿el mejor deportivo o el mejor híbrido?

O los dos a la vez, pues hemos tenido la oportunidad de probarlo y satisface muchas expectativas. En principio, lo tiene todo para agradar a todos.

Estará en el mercado después del verano y su precio rondará de los 35.000 euros en los países europeos con las deducciones por bajo índice de contaminación. Su privilegiada condición de híbrido enchufable a la red lo sitúa en mejor disposición comercial que su hermano exclusivamente eléctrico e-Golf, menos polivalente y versátil que este interesante GTE.

En su reciente cuenta de resultados, Volkswagen nos ofreció la posibilidad de tomar contacto (y divertirnos) con el GTE sobre la pista de vuelo del histórico aeropuerto berlinés de Tempelhof, ahora desafectado para la aviación. Es un excelente lugar para comprobar el funcionamiento a plena potencia de este modelo híbrido que adopta la cadena cinemática del Audi e-Tron y que sincroniza un motor eléctrico 102 caballos con un 1.4 TSI de gasolina 150 caballos. Trabajando juntos, transmiten a las ruedas del Golf GTE 207 caballos a través de una transmisión de doble embrague de siete relaciones.

Esta motorización permite una autonomía de 50 kilómetros en modo exclusivamente eléctrico, con la posibilidad de recarga completa de baterías en parado conectadas a la red en tres horas y media en un enchufe doméstico. Esta característica supone que podremos utilizar el GTE como un eléctrico puro, sin recurrir al motor térmico dentro de la ciudad. Además el sistema de recuperación cinética de energía en la frenada puede graduarse en varios grados de eficacia, con lo que según el tipo de terreno por el que evolucionemos, podremos ir recargando las baterías en gran medida.

Primeras impresiones

Sobre el viejo hormigón de Tempelhof pudimos acelerar a tope y a discreción para comprobar cómo se mueve este nuevo miembro de la familia GT. Al principio, al arrancar, la sensación es igual a la del e-Golf, silenciosa y viva, sin que el motor de gasolina tenga que intervenir a bajas velocidades, incluso en carreteras secundarias. Además, y a diferencia del e-Golf, el GTE dispone de su caja de cambios de siete relaciones DSG en modo eléctrico, lo cual le da mucha más versatilidad. La entrada en funcionamiento del motor de gasolina es tan discreta que no se percibe sino por el aumento de respuesta. La transición entre uno y otro es fluida y precisa.

Al acelerar a fondo desde parado, la respuesta no se muestra tan explosiva como la del GTI, la sensación de empuje es más lineal y más de potente turismo que de un pequeño deportivo. Pero las cifras están ahí y en 7,6 segundos estamos ya rodando a 100 kilómetros por hora. Y sigue acelerando sin ningún altibajo hasta alcanzar los 217 con un sonido deportivo muy bien modulado por el escape del TSI. Bueno, eso lo consiguen muchos compactos deportivos, podremos alegar. Sí, pero lo que no es tan frecuente es que en el ordenador de a bordo veamos un consumo medio de 5 litros a los cien parejos a un coche de estas prestaciones.

Buscándole los defectos al Golf GTE podemos achacarle un importante aumento de peso respecto a un GTD o un GTI (casi 250 kilos). Su tara es de 1.524 kilos, lo cual es mucho para un compacto deportivo. Lo cierto es que en la frenada, no se notan los kilos pues los frenos potenciados, la retención del sistema de recuperación de energía detienen al GTE con una gran determinación. Por dentro, buscamos alguna posible reducción de espacio a causa de las baterías, pero el habitáculo nos aparece idéntico al de un GTI normal, excepto por los detalles azulados en el acabado de esta versión híbrida. Es en el maletero donde ha tenido que ceder espacio, donde ha perdido el nivel inferior. El suelo sin embargo sigue siendo plano y contínuo con los asientos abatidos, como en un Golf 4Motion.

Dinámicamente no llega a ser tan ágil enlazando curvas como el GTI. Pero en curvas amplias, el incremento de peso no se hace notar tanto y el diferencial electrónico XDS conjura cualquier problema de motricidad.En esta primera toma de contacto la impresión ha sido de lo más favorable. Enérgico, agradable de conducir, polivalente y muy eficiente, el GTE aporta de paso las cualidades intrínsecas de un Golf y tras esta somera prueba nos esperanza para no tener que renunciar a las prestaciones en un híbrido para todos los días. Y, con los datos de precio de compra y consumo en la mano, el estudio de amortización se nos aparece especialmente interesante.

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