Tras la unión de la Anonima Lombarda Fabbrica Automobili (ALFA) con el empresario Nicola Romeo, cerca de los años 20 del siglo pasado, se fundó la firma italiana Alfa Romeo tal y como la conocemos hoy. Y fue justo en este momento cuando se diseñó el primer modelo de esa empresa recién nacida: el Alfa Romeo G1.
Este coche heredaba la plataforma de un ALFA de preguerra, eso sí, convenientemente adecuado a las nuevas circunstancias. El chasis se alargó e incluso se mejoró su resistencia, entre otras cosas, porque tenía que hacer frente a unas prestaciones bastante impresionantes para la época. Y es que bajo el capó se alojaba un motor nuevo: un seis cilindros en línea, de 6,3 litros de cilindrada, que entregaba 70 CV y rendía un par de 293 Nm. Este propulsor permitía al Alfa Romeo G1 alcanzar una velocidad punta de 138 km/h, que bien le sirvió para ganar carreras de aquellos días.
Apenas 50 unidades (y otros dos prototipos) salieron de las cadenas de montaje. Curiosamente, en Italia no despertó interés alguno este coche, cuya producción al completo fue a parar a Australia. Que se tenga conocimiento, sólo una unidad sobrevive a día de hoy. Se trata de un Alfa Romeo G1 que anduvo por Australia hasta los años 40, y que fue comprado en el año 1965 por un amante de la firma italiana, que apenas hace una década y media, lo restauró de arriba abajo y de dejó en perfecto orden de marcha.
Esta unidad del Alfa Romeo G1 se encuentra ahora en manos de un importador neozelandés, que, consciente de tener un joya de incalculable valor en su garaje, ha decidido subastarla. Este Alfa de 1921 es una pieza de historia viva, que no sólo sirve para exposición sino que tiene todos sus elementos, mecánica incluida, funcionando perfectamente. Esto hace que sea mucho más deseable, sin duda. El coche en cuestión lo subastará RM Sotheby's el próximo mes de enero en Phoenix, Arizona, De momento no tiene precio estimado, pero se calcula que la mejor puja pueda alcanzar los 1,5 millones de dólares.
No es poco, pero quizá sí lo sea si se tiene en cuenta su antigüedad y todo lo que representa para la industria de la automoción. En cualquier caso, nada comparado con los precios que alcanzan en subastas determinados Ferrari como este.