Motor

El renacer de Volvo: de coquetear con la quiebra a no poder abastecer la demanda

Volvo, la compañía automovilística sueca, ha experimentado un notable crecimiento en ventas en 2016, incrementándose un 6% respecto a 2015, hasta las 534.332 unidades comercializadas. Todo ello, tras 'caer' en manos de la china Geely.

Unas cifras que le permiten mantenerse tras su objetivo de cara a 2020: disparar las ventas hasta las 800.000 unidades y posicionarse en el mercado de las marcas de lujo como un rival a tener en cuenta. Definitivamente, bajo el amparo de Geely, Volvo ha revivido tras coquetear con la quiebra.

No obstante, el camino de Volvo hasta llegar aquí ha sido cuanto menos pedregoso, pues han sido diversas las crisis económicas que han puesto en entredicho la viabilidad del fabricante sueco a lo largo de los últimos 25 años.

Así, en 1992 vivió inmerso en una crisis ocasionada por una coyuntura en la que tanto la producción como la demanda de vehículos cayó en Estados Unidos, su principal mercado junto a Reino Unido por entonces, salpicado por la complicada situación económica que se vivió en el país norteamericano tras la Guerra del Golfo. Paralelamente, Volvo anunciaba en noviembre de ese mismo año el cierre de dos de las plantas más importantes de Gotemburgo (Suecia): Uddevalia y la de Kalmar. Esto se tradujo en la eliminación de 4.500 puestos de trabajo en tan solo año y medio.

En 1999, parecía llegar un soplo de aire fresco. Ford, el gigante norteamericano, decidió adquirir la división de automóviles sueca a cambio de 6.450 millones de dólares (5.552 millones de euros al cambio por aquel entonces). Sin embargo, el estallido de la crisis económica de 2008 provocó una necesidad de liquidez en Ford que acabó derivando en la venta de Volvo Cars a Geely dos años después. Antes, sin embargo, la plantilla de Volvo sufrió un recorte de 5.000 trabajadores, pasando de 24.000 empleados con los que contaba la compañía cuando la adquirió Ford a algo más de 19.000 en 2009. Ese mismo año perdió 653 millones de dólares. Una crisis que también se llevó por delante a Saab, que, tras una larga agonía, acabó en manos de la china NEVS en 2012 y este año se ha confirmado su desaparición.

Pero en 2010 la situación de Volvo experimentó un viraje que es la causa de la buena situación que atraviesa en la actualidad, su venta a Geely. La compañía china pagó 1.341 millones de euros y se hizo con Volvo Cars a fin de relanzarlo y aumentar los 335.000 coches que fabricó en 2009.

A raíz de ahí, Volvo ha ido creciendo y la buena situación que atraviesa en la actualidad era impensable hace siete años. En Estados Unidos ha vuelto a recuperar peso en el mercado en 2016, consiguiendo disparar un 18% las ventas, hasta las 82.726 unidades. La gran acogida de la que ha gozado el portentoso XC90 ha sido clave y les ha permitido rebasar sus expectativas: "Necesitamos más coches. El año pasado fue la confirmación del cambio de tendencia en EEUU", afirmaba en una entrevista concedida a The Wall Street Journal, Hakan Samuelsson, CEO de la marca.

Pero además del crecimiento mencionado y de lograr un beneficio neto de 790 millones de euros netos en 2016, ha puesto sus miras de negocio en el futuro del sector, lo que permite vaticinar que ganará fuerza en la próxima década y podría convertirse en una de las marcas pujante.

Tanto es así que ya ha anunciado el lanzamiento de su primer coche autónomo para 2021, misma fecha que ha fijado la todopoderosa BMW para la llegada de su primer coche robotizado. Asimismo, lleva trabajando más de tres años en esta tecnología, pues en 2014 acometió las primeras pruebas. Por otra parte, los coches autónomos de Uber con los que opera en EEUU, llevan la rúbrica de Volvo después de una alianza para invertir 265 millones en esta tencología, lo que denota los rápidos avances que han logrado.

Pero Geely no solo es Volvo. El año pasado creó Lynk & Co para fabricar coches de lujo destinados a ofrecer en el futuro que los propietarios compartan su coche con otras personas cuando no lo necesiten, un modelo de negocio que promete ser el futuro y en el que ya trabajan otras marcas como Volkswagen o Tesla. Su primer modelo, el Lynk & Co 01, ya ha sido presentado.

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