
Desde la victoria de Donald Trump en las elecciones a la presidencia de Estados Unidos se ha especulado con las medidas en contra del medioambiente que el magnate podría llevar a cabo una vez llegue al Despacho Oval. No obstante y de forma paradójica, estas acciones podrían beneficiar en el ámbito económico al fabricante de coches eléctricos de lujo Tesla.
El desdén y actitud negacionista de Trump acerca del cambio climático es ya de sobra conocido debido a sus comentarios realizados a través de su cuenta personal de Twitter, donde afirmaba en 2012 que se trata de "un invento de China". Pero su poca implicación va más allá de de las afirmaciones en redes sociales.
Entre los planes que maneja, se encuentra el de remodelar drásticamente las funciones de la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA, por sus siglas en inglés) o eliminar los créditos 'Zero Emissions Vehicle' (ZEV), promulgados por la Junta de Recursos del Aire de California (CARB) y adoptados por otros nueve estados -Connecticut, Maine, Maryland, Massachusetts, Nueva Jersey, Nueva York, Oregon, Rhode Island y Vermont-.
El objetivo de este segundo programa es otorgar créditos ZEV a los fabricantes cuyas ventas de coches eléctricos representen al menos un 6% respecto del total de sus comercializaciones, a fin de que los fabricantes reúnan un número 'X' de estos como muestra de su compromiso con los coches 'eco'. Por contra, las marcas que no alcancen ese mínimo son multadas, pero hay que tener en cuenta que estos créditos pueden ser comercializados entre las distintas firmas según les convenga, y ese ha sido precisamente una de las claves de que Tesla haya firmado recientemente el mejor trimestre de su historia.
Según recoge Business Insider, la firma que dirige Elon Musk -dado que solo vende coches eléctricos- logró ganar 139 millones de dólares en el tercer trimestre gracias a las ventas de estos títulos. Un hecho que insta a pensar que la hipotética eliminación de estos por parte de Trump mermaría a la firma, aunque nada más lejos de la realidad.
De hecho, todos los periplos anteriores habían sido sensiblemente inferiores en beneficios, siendo el tercer trimestre de 2014 el periodo que más se le acercó (76 millones de dólares).
Además, tal y como está regulado el programa, cada vez es más sencillo alcanzar los mínimos créditos exigidos para otros transatlánticos como General Motors y más complicado para Tesla comercializarlos, algo que ha sido criticado por el propio Musk: "Si los incentivos no se adaptan bien, no son ventajosos. CARB debería avergonzase de ellos mismos", criticó el ejecutivo.
Y es que la institución está inundando de créditos ZEV el mercado automovilístico, de tal forma que estos podrían caer en el descrédito si se cumplen las previsiones. Según informa Bloomberg, la institución californiana estima que la cuota del mercado de los coches eléctricos ascienda hasta copar un 15,4% del total en 2025. Por este motivo, una opción que se baraja es que la CARB incremente sus exigencias para conceder ZEVs, pero podría ser visto como una maniobra de subsidio en favor de Tesla.
Dan Sperling, profesor de ingeniería civil y ciencias ambientales en la Universidad de California y miembro de la CARB, asegura que una opción que se maneja desde la entidad es la de "limitar los créditos que los fabricantes puedan vender". En cualquier caso, habrá que ver cuando Donald Trump llegue al poder hasta qué punto está dispuesto a ejecutar sus promesas.