Motor

Cinco grandes deportivos de décadas pasadas

Son potentes, rápidos, tienen un diseño emocionante y carecen de los avances tecnológicos de los coches modernos. Quizá por esto último tengan un encanto especial. Rescatamos en esta lista algunos de los deportivos más míticos del siglo XX.

Pegaso Z-102

Comenzamos la lista de los mejores deportivos de antaño con un modelo español. Sí, aunque parezca mentira, en los años 50 había mucho talento relativo al mundo del automóvil en nuestro país y prueba de ello era Wilfredo Pelayo Ricart y su empresa ENASA-Pegaso, que se erigió sobre los cimientos de la extinta Hispano Suiza. Aunque el objetivo principal era construir camiones y autobuses, su creador, que era ingeniero de profesión y amante de la velocidad, no pudo resistirse a crear el deportivo de sus sueños.

Era el Pegaso Z-102, un coupé de dos puertas con motor V8 central delantero, tracción trasera y cambio manual de cinco velocidades. El motor se vio sujeto a varias evoluciones y pasó de 2.5 a 2.8 y 3.2 litros, mientras la potencia fue subiendo desde los 142 CV originales hasta los 278 finales, en parte gracias al empleo de compresores. Todo un mito de nuestras carreteras, del que apenas se fabricaron unas cuantas decenas de unidades.

Porsche 911

No incluir al Porsche 911 en un ránking de deportivos del siglo XX sería un sacrilegio por todo lo que ha representado y sigue representando todavía. El primer 'nueveonce' se dejó ver en el Salón de Fráncfort del año 1963. Se llamaba 901, pero curiosamente Peugeot tenía los derechos de esa denominación, así que tuvo que rectificar y cambiarlo por la cifra que todos conocemos.

En 1964 salió al mercado con su inconfundible silueta coupé y su 'todo atrás', es decir, con el motor bóxer ubicado tras el eje posterior y su propulsión trasera. Difícil de conducir en determinadas situaciones por su delicado reparto de pesos, el Porsche 911 sin embargo se convirtió rápidamente en un icono de los deportivos de la época. De los 130 CV de la primera versión se pasó a los 160 CV del 911S, que llegó en 1966 con las inconfundibles llantas Fuchs.

Después fueron llegando las versiones T, E y S, para satisfacer la amplia demanda del mercado y las normas anticontaminación de algunos mercados. Con esta primera generación, el modelo más mítico de Porsche empezaba a escribir una historia de éxitos que no ha dejado de avivarse con los años.

Lamborghini Countach

Ferrucio Lamborghini era un constructor de tractores bastante adinerado que poseía varios deportivos en su haber. Entre todos ellos, los Ferrari eran su mayor quebradero de cabeza por su escasa fiabilidad. Harto de ir de taller en taller, escribió una carta a Enzo Ferrari para decirle que sus coches eran poco menos que basura con ruedas, a lo que éste contestó con una carta que decía que un mero fabricante de vehículos agrícolas no podría entender jamás lo que significaba un coche del nivel de un Ferrari.

Como venganza, el señor Lamborghini decidió crear sus propios deportivos para rivalizar con los 'cavallinos rampantes'. Entre sus creaciones más salvajes aparece el Countach, presentado en el Salón de Ginebra de 1971 y lanzado al mercado en 1973. Se trataba de un imponente coupé de dos puertas, con tracción trasera, motor V12 en posición longitudinal trasera, con 4 litros y 375 CV de potencia. Era el LP400, al que sucedió en 1978 la versión S, que sumaba una serie de aditivos aerodinámicos y unas descomunales ruedas en el eje posterior en medida 345 (no existe hoy deportivo con semejante calzado), que a la postre lo único que hicieron fue empeorar las prestaciones.

Después llegaron los LP500S, 5000QV y la serie final denominada 25 aniversarios, todas ellas en los años 80, que modernizaron su imagen y elevaron la potencia. En 1990 cesaba la producción del Countach, que daba paso a su sucesor, el no menos mítico Lamborghini Diablo.

Ferrari F40

Considerado por muchos como el mejor superdeportivo de todos los tiempos y el último Ferrari de la vieja escuela, el Ferrari F40 es un modelo muy especial que se mantuvo en el mercado entre los años 1987 y 1992. Diseñado por Pininfarina, se asienta sobre un chasis tubular y se viste con una carrocería mezcla de fibra de carbono, kevlar y aluminio.

En este modelo no hay concesiones al lujo, su única pretensión es ser muy rápido sobre el asfalto. Por eso carece de dirección asistida, ABS y cualquier ayuda electrónica. Ni siquiera tiene elevalunas eléctricos, guarnecidos en la puertas, ventanillas de cristal o tiradores para abrir las puertas.

odo esto resulta superfluo en un coche que deja todo el protagonismo a un chasis muy bien puesto a punto y a un motor V8 de 2,9 litros sobrealimentado con dos turbos, que entrega 478 CV a las ruedas posteriores y que logra unas aceleraciones fulgurantes y una velocidad punta de 324 km/h. Un deportivo puro de los que ya no quedan, de los que ponían los pelos de punta antes del desembarco masivo de la electrónica.

Jaguar XJ220

En el año 1992 alguien apostaba ya por el 'downsizing'. Era el Jaguar XJ220 que, aunque en los planes iniciales montaba un poderoso motor V12, finalmente acabó recurriendo a un V6 de 3.5 litros que rendía 542 CV gracias al empleo de dos turbos. También dejó de lado la tracción integral, las cuatro ruedas directrices y la suspensión activa del proyecto original por una cuestión de costes. Pero daba igual. Nada de esto pudo impedir que se convirtiera en el modelo de calle más rápido del mundo con su velocidad punta de 350 km/h (poco después llegaría el McLaren F1 parra arrebatarle el récord).

El Jaguar XJ220 acaparó el interés de unos cuantos bolsillos holgados (1.500 clientes, nada menos), que pusieron sobre la mesa 50.000 libras en concepto de depósito 18 meses antes de dar luz verde a su fabricación. Al final, Jaguar tuvo que devolver esas sumas de dinero porque apenas 280 unidades salieron de fábrica. El XJ220 resultó ser más caro de lo que habían pensado y su vida se interrumpió de forma prematura. No obstante, sigue siendo uno de los deportivos más codiciados del siglo pasado.

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