Motor

El futuro del coche inteligente: Google y Detroit hablan "un idioma diferente"

Primer coche autónomo fabricado íntegramente por Google

El primer prototipo de coche sin conductor fabricado por Google, muy diferente a los que han probado ya algunos fabricantes de automóviles, ha puesto de manifiesto la diferencia de concepto y procedimientos existente entre la tecnológica y la industria automotriz. ¿Cuál de las dos vías alcanzará antes el éxito en el área del coche inteligente?

En 2012, un pequeño equipo de ingenieros y empresarios de Google se ​​reunió con algunas de las empresas automovilísticas más grandes del mundo con el fin de discutir posibles alianzas en el terreno de los coches sin conductor, en el que el gigante de las búsquedas se había posicionado ya como uno de los agentes más punteros.

En dicha reunión, ambas partes mostraron su entusiasmo con la futurista tecnología pero, sin embargo, pronto quedó claro que no iba a ser fácil que acabaran trabajando juntos. La tecnológica y las automovilísticas no estaban de acuerdo en casi ninguno de los puntos, desde las capacidades y los plazos necesarios para implantar estos coches inteligentes hasta el alcance de la colaboración.

Era como si las dos partes estuvieran "hablando un idioma diferente", recuerda una persona presente en aquel encuentro. A medida que Google se está expandiendo más allá de las búsquedas en web y busca un hueco en el mercado de la automoción, la arrogancia de algunos de los fabricantes, especialmente en Detroit, ven en peligro su posición predominante en el sector a medio-largo plazo.

Cada uno por su cuenta

Descartada entonces la cooperación, Google ha seguido moviéndose hacia adelante por su cuenta, decidiendo incluso construir su propio vehículo autónomo pese a que en un principio prefería basarse en modelos ya existentes en el mercado.

Ahora, por tanto, la alternativa que afronta Google es la de gastar miles de millones de dólares para tratar de irrumpir y hacerse un hueco en una industria centenaria en la que no tiene prácticamente ninguna experiencia. Y ello es motivo de suspicacia por parte de los principales actores del automóvil.

"Las compañías de automóviles están vigilando a Google de cerca y tratando de entender cuáles son sus intenciones y ambiciones", confiesa una persona familiarizada con la industria automotriz que pide no ser identificada debido a las "sensibles" relaciones de negocio. "Los fabricantes de automóviles no están seguros de si Google es su amigo o su enemigo, pero tienen la sospecha de que todo lo que va a hacer va a causar conmoción en la industria", añade.

Temor ante la amenaza de Google

El cofundador de Google Sergey Brin ve a los coches sin conductor como un futuro servicio bajo demanda en que los consumidores, que no necesitarán según él poseer un coche, puedan llamar a un vehículo autónomo cuando lo precise, con la amenaza que ello representa para el sector automotriz: adiós al tradicional modelo basado en la propiedad individual que genera un mercado valorado en 375.000 millones de dólares anuales, según JD Power.

Por si fuera poco, las empresas tecnológicas se han hecho con la simpatía de las nuevas generaciones de usuarios en detrimento de otras compañías como las del automóvil: un estudio realizado por la consultora KPMG el año pasado encontró que los consumidores estadounidenses confiarían másen los coches autónomos desarrollados por marcas como Google o Apple que en los ideados por los propios fabricantes de automóviles. El propio jefe de desarrollo global de General Motors, Mark Reuss, apluadió recientemente el prototipo de Google y admitió que puede convertirse en una "amenaza competitiva muy seria".

Chris Urmson, director del proyecto de coches autónomos de Google no quiere hablar sobre las negociaciones con los fabricantes de automóviles, pero sostiene que al final la simbiosis será inevitable: "Estoy seguro de que cuando hay tecnología que tiene sentido, y cuando hay un modelo de negocio que tiene sentido, habrá interés y asociaciones" con los fabricantes de automóviles, asegura Urmson en declaraciones en una entrevista con Reuters.

Diferentes perspectivas

Mientras tanto, ningún fabricante de automóviles quiere quedarse atrás en la carrera por el coche inteligente y diferentes compañías como GM, Mercedes o Volvo están desarrollando ya su propia tecnología desde hace años. Pero la mayoría están a favor de una implantación gradual por la que los que primero se vayan introduciendo, poco a poco, distintos sistemas inteligentes como el asistente de carril o de aparcamiento.

Ese enfoque de un proceso de desarrollo a largo plazo de los fabricantes de automóviles choca frontalmente con la ambición de Google de crear un coche totalmente autónomo de un solo golpe. Y así se lo hicieron saber sus responsables en la citada reunión con Detroit, donde dejó claro que no tendría mucha paciencia al respecto. "Hubo un poco de arrogancia por parte de Google, en el sentido de 'sabemos lo que estamos haciendo, sólo ayúdanos'", recuerda una segunda persona,representante de un importante fabricante de automóviles en las discusiones con Google.

En definitiva, y pese a que, como sugiere la tecnológica, todos están llamados a colaborar en última instancia, todo apunta a que tanto Google como los grandes fabricantes de automóviles seguirán el camino de desarrollo del coche autónomo por su cuenta. Al menos, mientras no limen sus diferencias y se despojen de los miedos a la amenaza mutua.

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