Motor

El problema del coche más rápido del mundo: no evolucionará hasta agotar stock

Bugatti Veyron Grand Sport Vitesse

El coche más rápido del mundo sufre un problema un tanto peculiar: Volkswagen necesita vender cuanto antes las 40 unidades que aún no ha logrado colocar del Bugatti Veyron, valoradas en más de 60 millones de euros. Porque hasta que no dé salida a ese stock, dicen sus ejecutivos, no habrá más pasos adelante de Bugatti, con todo lo que ello conlleva.

Hace casi ocho años, en 2006, Bugatti comenzó a vender su único modelo en la gama, el exhuberante coupé Veyron 16.4, limitado a 300 unidades únicas (a día de hoy, aunque no sin cierta polémica, éste sigue siendo el coche de calle más veloz del mundo). Pasaron algunos años y la firma del Grupo Volkswagen añadió dos variantes descapotables, el Veyron Grand Sport y el Veyron Grand Sport Vitesse, más potente todavía, restringidas aún más a sólo 150 unidades.

Pero mientras los coupés se vendieron 'como rosquillas' y para 2011 ya habían sido todos entregados, Bugatti no ha terminado aún de deshacerse de unos 40 descapotables, cuyos precios oscilan entre 1,5 y 1,7 millones de euros en función de la variante (impuestos y equipamiento opcional no incluido).

"No habrá una introducción de ningún nuevo modelo hasta que el Grand Sport y el Vitesse están agotados", asegura John Hill, jefe de ventas de Bugatti para América. "A pesar de que se estima que se agoten dentro de 12 meses, yo no esperaría un anuncio hasta dentro de un par de años", matiza.

¿Un círculo vicioso?

Pero esta decisión puede llegar a ser un hándicap que menoscabe aún más la demanda, dado que a ese nivel de precios son otros coches más modernos los que no tienen dificultades para ganarse al selecto público. Supercoches como el Ferrari LaFerrari, el McLaren P1 o el Lamborghini Veneno, en ediciones menos limitadas, se venden 'solos' en apenas unos días o semanas después de ser presentados.

Esta coyuntura, que no deja de ser anecdótica por cuanto los anteriores pueden ser coches más emocionales que meramente prestacionales como el Bugatti, sí evidencia una realidad: pasados ocho años desde su lanzamiento, el Veyron se ha quedado atrás respecto a la tecnología evolucionada de los supercoches actuales. Así pues, ¿quién podría querer comprar un Bugatti Veyron Gran Sport cuando por menos dinero puede acceder a un deportivo más avanzado técnicamente y en equipamiento?

"Las personas que tienden a comprar nuestros coches son grandes coleccionistas", se defiende Hill. "No tienden a comparar un coche frente a otro. Alguno podrá comprar el último Ferrari o McLaren, pero si no es ya propietario del Bugatti, también querrán tenerlo. No son exclusivos".

En cualquier caso, Volkswagen corre el riesgo de que su Bugatti Veyron entre en una suerte de círculo vicioso: 'si no vendemos, no avanzamos; si no avanzamos, no vendemos'. La urgencia pues es tal que, mientras la competencia sólo ofrece sus modelos superiores a los clientes más selectos, Bugatti ya organiza cada fin de semana un encuentro para unas 20 personas candidatas a llevarse uno de sus supercoches.

WhatsAppFacebookTwitterLinkedinBeloudBluesky