
Las siglas DRM, que hacen referencia a la gestión digital de derechos mediante tecnologías de control de acceso a obras por los titulares de derechos de autor, llegan ahora a los coches eléctricos. En concreto, al Renault ZOE, cuyas baterías eléctricas, que se adquieren en régimen de alquiler, dejarán de ser utilizables desde el momento en que el cliente deje de abonar el pertinente pago mensual.
Igual que Sony puede bloquear el acceso al modo de juego online a un usuario con una PlayStation 'pirateada', también Renault podrá restringir de forma remota la recarga de una batería de uno de sus coches eléctricos al cliente que no cumpla con su alquiler, según informa el diario alemán Der Spiegel.
Además, la firma del rombo también podrá, gracias al software de DRM dentro de las baterías de un ZOE, recopilar datos sobre los hábitos de conducción y enviarlos a la compañía para su análisis y almacenamiento.
Ello ha comenzado a despertar ya el recelo de muchos que se quejan sobre el excesivo control que la implementación de este tipo de tecnologías, además de los posibles riesgos que entraña. Si Renault puede acceder a esa batería en cualquier momento y lugar, ¿no podría también hacer lo propio un hacker informático?