En sus 110 años de historia, el fabricante de coches Ford ha tenido la difícil tarea de conservar y dar continuidad al espíritu innovador y revolucionario que le imprimió en sus orígenes Henry Ford. Por ello, hoy, cuando se cumple un siglo de la primera línea de montaje móvil que transformó la industria automovilística, la marca del óvalo obra en consecuencia. ¿Está en Volkswagen el Henry Ford del siglo XXI?
Desde una perspectiva global, Ford dibuja nuevos horizontes y ambiciosos objetivos, entre los cuales se encuentran, por ejemplo, la implantación de los tres turnos en el 90% de sus fábricas en todo el mundo para 2017, lo cual incrementaría en más de un 30% su nivel de producción, o un aumento de la flexibilidad de cada planta hasta que cada una de ellas fabrique una media de cuatro modelos en ese mismo plazo.
Es el modo en que la compañía estadounidense busca seguir el tradicional espíritu revolucionaria que ha caracterizado al legado de Henry Ford. "Hace cien años, mi bisabuelo tuvo una visión para construir un medio de transporte seguro y eficiente para todo el mundo", afirma "orgulloso" el presidente ejecutivo de Ford, Bill Ford.
Revolución de los procesos de producción
La pionera visión de Henry Ford, que transformó el modo de producción hace ahora cien años con la introducción de la cadena de montaje, logró revolucionar la industria del automóvil reduciendo el tiempo de producción de cada unidad desde las 12 horas a tan sólo 90 minutos hasta que, más tarde, llegaba a salir un Ford T de la fábrica cada 24 segundos.
"El nuevo acercamiento a la producción por parte de Ford se extendió rápidamente, no sólo entre otros fabricantes de automóviles, sino también entre fabricantes de fonógrafos, aspiradoras, frigoríficos y otros bienes de consumo", recuerda Bob Casey, antiguo conservador de transportes en el Museo Henry Ford y autor de El Modelo T:. "La línea de montaje se convirtió en el modo de producción característico de los Estados Unidos".
En la actualidad, Ford produce 1,4 millones de vehículos en un total de 22 instalaciones repartidas por todo el mundo, entre ellas la ubicada en Almussafes (Valencia), a un ritmo de unos 16 vehículos por minuto y empleando a 130.000 trabajadores. Entre esa producción, Ford cuenta con exitosos modelos como el Fiesta, coche más vendido en Europa, o el Focus, el más matriculado a nivel mundial, y el prestigio de fabricar el mejor motor de los dos últimos años, el 1.0 Ecoboost.
El mismo espíritu innovador del pasado, también en el futuro
En Ford son conscientes de la importancia de la técnica en el progreso como líder entre los productores de coches. Por ello, sus ingenieros trabajan en el desarrollo de múltiples tecnologías que contribuyan a consolidar esa flexibilidad y a lograr una mayor eficiencia en el proceso de fabricación. Por ejemplo, destaca la Ford Freedom Fabrication Tecnology, que promete reducir los costes y los tiempos de entrega para los modelos de estampación de prototipos, pasando de los hasta seis meses de la actualidad a apenas tres días.
Además, la compañía también trabaja en la expansión de la tecnología de impresión 3D en la producción de coches, que le permite crear múltiples versiones de una pieza en unos días, y no en unos meses, facilitando así las pruebas de los ingenieros.
Pero hay más: un sistema de detección de suciedad, que analiza las imperfecciones en la pintura de cada vehículo al termina en la cadena de montaje, o la denominada "fábrica virtual", con la que se simula por ordenador todo el proceso de producción con el fin de detectar dónde se puede mejorar la calidad del producto y en qué puntos se pueden rebajar los costes de fabricación.
"Tecnologías como la impresión en 3D, los robots y la fabricación virtual pueden formar parte del terreno de la investigación, pero tienen aplicaciones reales para el día de mañana y el futuro", afirma Paul Mascarenas, vicepresidente de investigación e innovación de Ford. "Utilizamos el espíritu de innovación de Henry Ford como referencia para introducir nuevas tecnologías al proceso de fabricación", concluye.