
El Ministerio de Fomento español mira con envidia a Europa, donde un 80% de las vías de alta capacidad son de pago frente al 22% de España.
El riesgo de quiebra de muchas empresas por el alto precio de las expropiaciones para la construcción de autopistas de peaje ha empujado al Gobierno central a consignar una partida de 290 millones de euros en créditos participativos con los que ayudar a las concesionarias a hacer frente a estos sobrecostes. Así lo manifestó ayer la ministra de Fomento, Ana Pastor, quien reconoció durante una ponencia en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo de Santander la gravedad y las fuertes debilidades del sector de concesión de infraestructuras en nuestro país. Además de esta medida, el Ministerio ha decidido extender hasta 2021 las cuentas de compensación, las cuales finalizaban este año. Asimismo, estudiará la mejora de la legislación de expropiación forzosa, la regulación de los incrementos de capacidad de los corredores alternativos.
Pero estas no son las únicas medidas que el Ministerio tiene sobre la mesa para sacar la máxima rentabilidad a las carreteras y arreglar el roto de las concesionarias. Empezar a cobrar por el uso de las autovías con el objeto de recaudar hasta 8.000 millones de euros al año es otra de las iniciativas que podría estar aprobada en los próximos meses. Para ello las últimas informaciones apuntan a que la solución tecnológica elegida sería el peaje sin barrera. Es decir, que los vehículos pasen sin ningún tipo de control por un arco capaz de identificar las matrículas, las cuales estarían vinculadas a una cuenta bancaria hasta donde llegaría la factura correspondiente.
Hoja de ruta
Fuentes cercanas al Gobierno aseguran que, aunque todavía no se conoce al detalle la hoja de ruta, se habla de cobrar una media de tres céntimos el kilómetro. Haga cuentas: ir de Sevilla a Huelva costaría 2,82 euros; de Madrid a Burgos, 7,11. Según Aseta (Asociación de Sociedades Españolas Concesionarias de Autopistas, Túneles, Puentes y Vías de Peaje), las carreteras de pago suponen en nuestro país el 22% del total, frente al 80% de Europa. Sólo entre los años 2000 y 2010 se construyeron unos 4.500 kilómetro de autovías de titularidad estatal y autonómica. Casi ocho de cada 10 nuevos kilómetros eran de vía rápida. La idea con la que trabaja Fomento pasa por poner peajes en las autovías de primera generación para generar fondos para su mantenimiento.
Está pensado, en un principio, que sólo paguen los vehículos ligeros, no los camiones, con el fin de evitar una guerra interna que podría acabar en movilizaciones de los trabajadores dada la crisis que sufre el sector el transporte de mercancías. Y es lo que menos necesita Rajoy, una huelga bestial de quienes ya han demostrado que no se andan con medias tintas.
Pero los ingresos que generaría este sistema son el principal argumento al que se agarran sus defensores, entre ellos los constructores y la Asociación Española de la Carretera (AEC). Según estos últimos, gracias a la recaudación se podrían cubrir los gastos de mantenimiento de las vías y que ya acumulan una factura de 5.000 millones de euros, que es el precio que habría que pagar por ponerlas a punto.
Para la subdirectora general técnica de la AEC, Elena de la Peña, este pago debería ser finalista, sólo y exclusivamente para las vías. De la Peña va más allá y propone pagar no sólo por las carreteras de alta capacidad, sino también por el uso de vías paralelas. Así, según este colectivo (al que se oponen las asociaciones de usuarios) se trataría de crear una tarifa plana de 15.000 kilómetros para todos los conductores, a partir de la cual se pagaría. Ello evitaría el colapso en las vías alternativas y sus peligros por su excesiva saturación.
Un paseo por Europa
Aunque el proyecto sigue sin definir sobre la mesa, se hace inaplazable su puesta en marcha, más si se mira Europa, donde, a excepción de Alemania y Holanda, ya se paga . Y eso no deja de ser una "injusticia" porque los españoles pagan fuera de nuestro país y los extranjeros aquí se agarran al gratis total. De hecho, también Bruselas aboga por implantar peajes para todos los vehículos privados.
Pero, ¿cómo se lleva a cabo en Europa? El llamado pago por uso está en la mente de casi todos los gobiernos. Por ejemplo, Francia nos sale caro. El país vecino cuenta con una red de autovías y autopistas de casi 20.000 kilómetros. De estos, 11.000 kilómetros son autopistas, de las cuales 8.000 son de pago. Las tarifas se establecen en función del tipo de vehículo. Por ejemplo, un turismo pagaría unos 70 céntimos por cada 10 kilómetros mientras que un autobús pagaría el doble.
Viajamos a Portugal, donde las autovías se pagan desde el año pasado. El precio de estas carreteras es de unos 8 céntimos, IVA incluido, por cada kilómetro recorrido para la categoría 1 de vehículos. Para la categoría 2, que es las de los monovolúmenes de hasta siete plazas, la tasa es de 14 céntimos por cada kilómetro.
Nuestro paso por Alemania y Holanda nos sale gratis total, mientras que en Italia se cobra peaje en el 82% de la red de autopistas y el precio por peaje es de un euro por cada 10 kilómetros, aunque hay un 18% de la red que gestiona el Estado que no cobra peaje. Las autopistas británicas están gestionadas por una agencia pública y mantienen solamente un peaje en la ruta M6, que une ciudades industriales como Manchester y Birmingham, de 5,50 libras para los turismos (6,5 euros) y 11 libras para el transporte pesado (13 euros). Los conductores deben pagar además para cruzar ciertos puentes y túneles, así como un impuesto para circular por el centro de Londres de lunes a viernes en horario comercial, de 10 libras (12 euros). Las autoridades londinenses recaudan en torno a los 125 millones de euros al año.
La siguiente parada de esta ruta nos lleva a Austria, donde se paga por utilizar la red vial a través de una tarjeta o pegatina: una semana cuesta 5,08 euros. En Suiza, todo su sistema de carreteras es de peaje y el coste es de 60 euros al año y en Bélgica, Bruselas, Flandes y Valonia preparan un acuerdo por el que, a partir de 2013 o 2014, todos los vehículos y el transporte pesado tendrán que pagar por el mantenimiento de todas las carreteras del país.
Circular aquí supone hacer un pago al año por el uso de las vías de 33 euros, pero desde hace un par de años el Gobierno viene barajando el aumento de su precio hasta los 100 francos (83 euros).
El Ejecutivo mira: a un lado, Europa, y al otro lado, Madrid. La presidenta de esta comunidad autónoma, Esperanza Aguirre, se ha anticipado a Fomento y ha anunciado que impondrá peajes en sus autovías. Así, algunos de los corredores podrían ser de pago ya desde este verano. Entre las agraciadas, la autopista M-407 y la ruta de los Pantanos, gestionadas con el modelo peaje en la sombra. Pero con la crisis, nadie quiere sombras.