Mucho se ha escrito acerca de las ventajas de los coches eléctricos -más limpios, ahorradores, silenciosos...- pero, a la hora de la verdad, no terminan de despegar. Ahora, existe otra opción para quienes tengan aún un vehículo en buenas condiciones y quieran pasarse a la moda eléctrica: convertir un automóvil de combustión en el mismo modelo movido con electricidad.
Ahora, existe la posibilidad de transformar su propio vehículo particular en eléctrico gracias a la iniciativa de un equipo de investigación de la Universidad Carnegie Mellon (en la ciudad estadounidense de Pittsburgh), que ha desarrollado un método para convertir un Honda Civic de séptima generación en un coche con batería de cero emisiones, tal y como publica el portal especializado en información científica phys.org.
Esta iniciativa sienta el primer precedente en un proceso de este tipo, pero ¿puede llegar a ser rentable? La conversión cuesta en torno a 20.000 euros -presuponiendo que ya se disponga del citado coche con motor de combustión-, con el hándicap de que no se puede acoger al programa de ayudas del que disfrutan los compradores de eléctricos nuevos. "No somos fabricantes. El coste se reduciría si pudiésemos comprar 100 kits (de conversión) a la vez", se defiende Illah Nourbakhsh, codirector del proyecto ChargeCar desarrollado por el citado grupo de investigación.
Como resultado, los Honda Civic transformados hasta ahora disponen de una autonomía de 65 kilómetros y su tiempo de carga es, en el mejor de los casos, de cinco horas (con una instalación de 240 voltios). De este modo, se antoja prácticamente imposible poder amortizar la inversión de la transformación sumada al valor residual del coche. En el lado positivo, se puede rebajar el coste total mediante la venta del motor y la transmisión que quedarán inservibles tras la conversión.
Un posibilidad real nada rentable
Pero este proyecto no es único ni pretende ser una utopía del motor. Existen más líneas de investigación que trabajan en el mismo sentido de conversión a la movilidad eléctrica: por ejemplo, la compañía ALTe que, fundada por tres ex trabajadores de la eléctrica Tesla, tiene puesto el foco en la transformación de vehículos de Ford de entre tres y cinco años; no obstante, los costes del proceso, en todos los casos, se mueven en valores próximos a los de ChargeCar.
Así, esta opción de 'electrificar' un coche particular queda, al menos de momento, reducida a aquellos conductores que tengan un gran aprecio por su vehículo y no quieran renunciar a adherirse a la la moda del automóvil eléctrico que ha traído consigo en los últimos años la conciencia ecológica global.
¿Merece la pena su sobreprecio?