
Cuando Nick Heidfeld supo que iba a ser sustituido como piloto titular de Lotus Renault por Bruno Senna en los Grandes Premios de Bélgica e Italia, decidió emprender acciones legales con su equipo. No obstante, el alemán demostró su profesionalidad al acudir al circuito belga de Spa como corredor suplente.
"Mi argumento es que tengo un contrato válido y quiero pilotar", declaraba Heidfeld a la agencia Reuters el pasado viernes, asegurando que había demandado a su equipo por haber apartado repentinamente. "El juicio principal será en unas tres semanas y tendremos una decisión entonces", aseguraba tras insistir en la importancia de cumplir los contratos.
Sin embargo, Heidfeld gestionó la situación de manera elegante y asistió al GP de Bélgica para estar al lado de su equipo como piloto suplente y demostrar que, a pesar de haber sido ninguneado, su compromiso con los intereses de Lotus Renault permanece intacto.
La denuncia cayó como un jarro de agua fría en el equipo dirigido por Eric Boullier, donde no esperaban una reacción tan "pasional", en palabras de su propietario Gerard López. "Su rendimiento no era bueno, por lo que necesitábamos probar a otros pilotos", se ha justificado López en declaraciones al diario luxemburgués Tageblatt.
En cualquier caso, Heidfeld tendrá que ver el GP de Italia desde el paddock de Lotus Renault, durante el cual volverá a ser sustituido por el brasileño Bruno Senna. Un Senna que en el GP de Bélgica tuvo una actuación notablemente mediocre con la que sólo pudo quedar decimotercero, después de haber echado de la pista, tras la salida, a un Jaime Alguersuari que partía desde la mejor posición en esta temporada.