Fórmula 1

GP de Hungría: Alonso vuelve al circuito que le vio hacerse grande por primera vez

  • Durante la carrera, se vivirán temperaturas extremas y será muy difícil adelantar
Fernando Alonso celebra su primera victoria en Hungría 2003 | Archivo

Este fin de semana le toca el turno al GP de Hungría de Fórmula 1, una carrera que se disputa en Hungaroring, un trazado muy particular que los pilotos afrontan con ciertas reservas. Todos menos Fernando Alonso, que vuelve al circuito que le vio ganar por primera vez y que cuenta con la mejora del rendimiento de su F150º en las últimas pruebas.

El piloto asturiano sabe que en Hungría dispondrá de otra oportunidad única para seguir recortando puntos al líder Sebastian Vettel (Red Bull), pero para ello es consciente de que deberá mejorar en la ronda de clasificación del sábado, pues se trata de un circuito en el que adelantar se antoja casi imposible. Por este motivo, Alonso reonocía ayer que en su equipo deben "dar un paso más hacía adelante, sobre todo en la calificación".

Precisamente, ésa es una de las dos principales preocupaciones de los pilotos de la parrilla: las reducidas dimensiones del circuito de Hungaroring le convierten en uno de los trazados en los que más difícil es adelantar en carrera, aun cuando puedan activar el alerón trasero móvil (DRS).

De hecho, la FIA ha obrado en este sentido y sólo ha establecido una zona en la que se podrá hacer uso de esta tecnología, a pesar de que hasta ahora, siempre que ha sido posible, había apostado por marcar dos áreas de activación del DRS.

La otra gran inquietud que han manifestado tanto los corredores como los responsables de los equipos la constituye el excesivo calor que suele acompañar tradicionalmente al GP de Hungría. Las temperaturas extremas que, previsiblemente, alcanzará el trazado húngaro durante la carrera del domingo supondrá que los pilotos vivan una de las carreras más duras de todo el circuito de la Fórmula 1.

Pero las preocupaciones son menores para un Fernando Alonso que vuelve al trazado que le vio hacerse grande en 2003, cuando ganó su primera carrera tras haber salido de la pole y en la que llegó a doblar al mismísimo Michael Schumacher, que entonces era pentacampeón del mundo y rey indiscutible de la competición. "Fue un día muy emotivo, el recuerdo de que siempre estará conmigo", afirmó ayer Alonso evocando su pasado en Hungría.

Además, el calor extremo que se vivirá en Hungaroring favorece los intereses de Ferrari que tiene en los neumáticos blandos y superblandos que Ferrari llevará a este Gran Premio una oportunidad de marcar las diferencias con sus rivales, pues los de Maranello han sabido conservar mejor, por el momento, este tipo de compuesto.

La carrera más igualada de la temporada

Rivales que llegan en un estado de forma incierto, tras la victoria de Lewis Hamilton en Nürburgring, después de varias carreras mediocres por parte de los de McLaren; y con unos Red Bull que, tras haber dominado toda la temporada, se encuentran ahora en un momento bajo, por lo que la preocupación se ha instalado en el box de la escudería 'energética'. Ni siquiera la reinstauración de los escapes soplados pudo neutralizar en Alemania la notable pérdida de ventaja que Sebastian Vettel y Mark Webber habían evidenciado, dos semanas antes, en el GP de Gran Bretaña.

Así, el GP de Hungría llega en un momento en el que las tres escuderías punteras del momento se encuentran tremendamente igualadas, como ya ocurriera en la edición del año pasado. En 2010, Hungaroring vio subirse al segundo escalón del podio a un Fernando Alonso que entró entre Webber y Vettel al paso por meta.

De repetirse el mismo resultado, el piloto asturiano demostraría seguir en forma y seguiría con opciones a remontar en su lucha por el título; sin embargo, no sería el mejor resultado posible, pues tan sólo recortaría la diferencia con Vettel en tres puntos que serían insuficientes, tal y como está la situación actual del Mundial.

Victoria psicológica

Por si todo esto fuera poco, el GP de Hungría es la última prueba antes del parón de las vacaciones de verano, por lo que quien dé el golpe sobre la mesa este fin de semana, contará, además de con los 25 puntos, con la victoria psicológica de cara a las próximas semanas en que se detiene la competición.

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