Universidades

"La sociedad debe entender la inversión en educación como algo propio"

Delicado papel el que le ha tocado defender, con la transición al Espacio Europeo de Educación Superior (EEES) a punto de expirar y con la crisis del siglo como excusa para el inmovilismo, especialmente económico. Ponerse al frente de la CRUE, la organización que aglutina a la mayor parte de universidades del país, y en sustitución de Ángel Gabilondo, actual ministro de Educación, no se antoja algo apetecible.

Pero al rector de la Universidad de Cantabria, Federico Gutiérrez-Solana, este hecho, lejos de achantarle, le insufla renovadas fuerzas. "Precisamente ahora, al ser mayores los retos, también lo es el servicio que podemos prestar a la sociedad española y al mundo universitario", reflexiona optimista.

Preside la CRUE en un momento de profundos cambios para la Universidad. ¿Cuáles son los retos que se plantea?

En primer lugar, colocar la Sociedad del Conocimiento, tanto en la vertiente productiva como en la formativa, en un papel de máximo protagonismo, especialmente si queremos ser globalmente competitivos y garantizar nuestras posibilidades de bienestar social. En este objetivo las universidades somos grandes protagonistas, pero es una tarea de toda la sociedad: administración, empresas, agentes sociales e instituciones de investigación y universidades. En ese marco, en el aspecto docente, el reto inmediato es lograr una implantación óptima del EEES; en el científico y de transferencia del conocimiento a la sociedad, potenciar la investigación a través del Plan Nacional de I+D+i, junto con rentabilizar al máximo los programas marcos europeos y los propios de cada autonomía así como estimular procesos colaborativos de innovación y desarrollo.

¿Cuáles son los principales escollos que cree que se va a encontrar?

Se resumen en uno: que falte la confianza suficiente en el valor del Conocimiento para el futuro de la Sociedad. Si falta la confianza, faltará la capacidad de invertir necesaria para estructurarse mejor y modernizarse a través de la búsqueda de la excelencia y la internacionalización.

Se acerca el límite para implantar el EEES, ¿se puede asumir el cambio sin aumentar la financiación de las universidades?

La calidad requiere, entre otros factores, inversión en ella. En la educación superior que se estructura a través del EEES, tenemos ya, sin contar los cambios, una inversión menor a la media de los países de la OCDE, 0,3 por ciento del PIB. Estamos trabajando en este tema Ministerio de Educación, Comunidades Autónomas y universidades, pero es importante que la sociedad entienda la inversión en educación como algo propio.

Después de las movilizaciones estudiantiles del pasado curso, ¿cómo va a actuar la CRUE, y usted como rector, si éstas continúan?

La inmensa mayoría de los estudiantes españoles conoce el EEES y saben que es bueno para ellos, para la calidad educativa que van a recibir, para su movilidad como ciudadanos europeos y para su futura inserción profesional. El EEES es irreversible ya en los 50 países comprometidos: la cuestión es aplicarlo de manera óptima. En eso estamos.

¿Qué le parece la política de becas actual?

R Es más que nunca necesaria la transparencia financiera. Hay que ser conscientes de que una matrícula normal sufraga sólo un 10 por ciento del coste de dar educación al matriculado. El otro 90 por ciento lo ponemos los españoles por nuestros ideales de solidaridad social, igualdad de oportunidades y deseo de fortalecer una España más preparada y próspera. A ese 10 por ciento todavía hay personas que no pueden acceder. Hay que seguir avanzando hasta lograr la igualdad total de oportunidades.

Usted ha resaltado la necesidad de transferir los conocimientos y avances que se dan en la Universidad a la sociedad. ¿Cómo va a fomentar dicha transferencia?

Esto es absolutamente clave. España competirá en el mundo a través de calidad y productividad que vienen del factor conocimiento: formación de las personas, transferencia de hallazgos aplicables. Pero para transmitir conocimiento hay que apostar por el talento para generarlo y comunicarlo. Esa inversión es vital para España. Y aquí es cuando resulta fundamental la coordinación del esfuerzo público y privado.

A su juicio, ¿qué elementos debe tener una universidad para ser de calidad?

Para tener una calidad completa las universidades deben cubrir las tres funciones claves del conocimiento: su generación a través de personas de gran capacidad investigadora y de estructuras acordes para apoyar esta capacidad; su transferencia en procesos formativos de calidad e innovadores que cubran la demanda de la sociedad incluyendo en el doctorado la formación de investigadores, y la transferencia del conocimiento en apoyo de la innovación y el desarrollo.

¿Cree que la sociedad actual entiende el relevante papel que le corresponde jugar a la universidad? ¿Se está transmitiendo adecuadamente el mensaje?

Soy optimista, porque percibo en los últimos años una creciente convergencia de pensamiento entre Universidad y Sociedad. La crisis actual nos comunica un mensaje muy crudo de que tenemos que cambiar, tenemos que apostar por futuro, y no se cambia un modelo productivo en cuatro días. Por tanto, tenemos que trabajar juntos por un horizonte que es vital para todos: universidades, empresas y España en general.

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