
Los retos principales de la Formación Profesional (FP) son hacer que ésta sea más atractiva y mejorar su calidad y adecuación al mercado laboral. Por ello, cada año se aprueban titulaciones acorde con lo que las empresas requieren en estos momentos. Adaptarse al futuro y a los nuevos puestos es clave en el proceso formativo.
Recientemente, el Consejo de Ministros ha aprobado dos reales decretos por los que se establecen dos nuevos títulos de Formación Profesional de 2.000 horas, y se fijan los aspectos básicos de su currículo, donde se determinan el perfil y el entorno profesional, la prospectiva del título en el sector, las enseñanzas del ciclo formativo, la correspondencia de los módulos profesionales con las unidades de competencia para su acreditación, convalidación o exención, y los parámetros básicos de contexto formativo.
Los dos nuevos títulos facilitan la empleabilidad de los alumnos en sectores en crecimiento. Según datos del Ministerio de Educación, el número de alumnos matriculados en ciclos de Formación Profesional ha pasado de 454.053 en el curso 2005-2006 a 810.621 alumnos del curso 2017-2018, un 78% más. De ellos, 24.000 realizan sus estudios en formato dual, que asegura al menos un 33% de formación en el centro de trabajo, y en general todos los alumnos de FP realizan un mínimo de un 20% de formación en el centro de trabajo. Con los dos nuevos títulos, el sistema educativo cuenta ya con 163 títulos de Formación Profesional.
Los expertos coinciden en que la FP es una de las principales alternativas para conseguir un capital humano que permita consolidar economías competitivas y sostenibles, en una sociedad cada vez más inclusiva que sabe afrontar los cambios.
Títulos profesionales
Los dos títulos nuevos son el Título básico en acceso y conservación en instalaciones deportivas y el de Técnico en montaje de estructuras e instalación de sistemas aeronáuticos. El primero sirve para realizar tareas relacionadas con operaciones auxiliares en el control de acceso, circulación y asistencia a los usuarios de la instalación deportiva, apoyo a la organización de actividades físico-deportivas, prevención para la mejora de la seguridad dentro del recinto, y reposición y reparación de averías de nivel básico.
El segundo, formará a un profesional cualificado y polivalente, competente no sólo en los aspectos técnicos que el trabajo requiere, sino también con capacidad para asegurar la calidad y la protección del medioambiente, para innovar y para trabajar en equipos internacionales multidisciplinares.