Ecoaula

Las Stem también tienen nombre de mujer

  • Por motivo de la celebración del Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia.

Este domingo se celebra el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, momento muy apropiado para hablar de ciencia y de feminismo -entendido ya por todos como igualdad de género y algo a lo que aspirar-. Ahora bien, cuando decimos "ciencia", nos referimos a todas las ciencias, ya que tendemos a pensar solo en las exactas o naturales, invisibilizando así todavía más el trabajo de muchas investigadoras y profesoras. Pero centrémonos hoy en el caso concreto de las exactas, las conocidas como STEM.

Se prevé que las STEM definan 9 de cada 10 empleos cualificados en el futuro, de ahí la gran importancia de hacerlas atractivas. Necesitamos estudiantes STEM. Sin embargo, asistimos al fenómeno contrario: en las aulas STEM cada vez hay menos alumnos, y la tendencia es aún peor entre las mujeres, que suponen a menudo menos del 10%.

La ausencia de vocaciones científicas en nuestras jóvenes significa que estamos perdiendo la mitad del talento y, en un mundo donde ya se ha demostrado que la diversidad es sinónimo de riqueza y rentabilidad, descartar un género casi por completo tiene un grave impacto en el desarrollo tecnológico. Es más, no tener mujeres STEM implica que todas esas estudiantes están, o bien limitando su etapa de estudios, o bien decantándose por ramas cuyo futuro laboral es más incierto y, muy probablemente, peor pagado. La brecha de salarios se inicia aquí, en la elección de una carrera y en las limitaciones por género que se le pongan a la misma.

Ningún estudio respalda que las mujeres estén menos capacitadas para la ciencia. Por ello, merece la pena investigar por qué muchas chicas en Educación Secundaria descartan las ciencias, estando éstas presentes de forma continua en nuestro día a día.

Una de las razones de este rechazo puede ser la falta de modelos a seguir. Todos conocemos a Albert Einstein y a Nikola Tesla, pero ¿y a Mileva Maric o Hedy Lamarr? Ellas también han definido nuestro mundo y, junto con muchas otras mujeres, han inventado la sociedad en la que nos movemos. La informática, concretamente, tiene más madres que padres. Pocas chicas en el instituto han tenido acceso a esta información, que ayudaría a desterrar la idea de que las STEM no tienen nombre de mujer.

Otro factor son las expectativas respecto al trabajo de científica, ingeniera o matemática. No estamos "vendiendo bien", ni a ellos ni a ellas, la belleza de estas profesiones caracterizadas por el contacto con la innovación y la proyección internacional. Además, en el caso de las mujeres, al no tener aprobada la asignatura de conciliación familiar y laboral, existe la percepción de que tendremos que acortar nuestras carreras o ambiciones para formar una familia.

Por último, aunque todavía existe mucho trabajo de investigación por hacer en materia educativa y sociológica -ciencias no STEM imprescindibles-, podemos mencionar que, incluso aquellas mujeres que estudian una carrera STEM, a menudo no la consolidan. Esto se debe en parte a que los mundos de ciertas ingenierías aun no aceptan a las mujeres como líderes o, incluso, como iguales, y eso tiene que cambiar. Precisamente para ello, desde la Universidad Europea hemos fundado el Observatorio de Género, para visibilizar estos problemas, investigar sus causas y formar a nuestras y nuestros estudiantes presentes, y futuros, en valores de igualdad.

Elaborado por Silvia Lavado, responsable del Observatorio de Género de la Universidad Europea y profesora de Ingeniería de la Escuela de Arquitectura, Ingeniería y Diseño.

WhatsAppFacebookTwitterLinkedinBeloudBluesky