
El metal precioso ha arrancado 2015 con tímidas subidas pero eso no supone que haya retomado su tendencia alcista. Antes de que eso ocurra hay que esperar a que protagonice nuevas caídas
Desde los mínimos de 2014 que marcó el oro a principios de noviembre, su precio se ha revalorizado casi un 7,5 por ciento. Incluso, durante el camino alcista que comenzó ese día, llegó a marcar los 1.300 dólares en enero de este año. Semejante revaloriación en tan poco tiempo ha llevado a no pocos inversores a pensar si no empieza a ser ya momento de volver a invertir en oro. La respuesta dependerá del perfil de riesgo que esté dispuesto a asumir el inversor.
Por ejemplo, desde Ecotrader, el portal de inversión de elEconomista, la recomendación está clara: sí hay que volver a comprar oro pero solo su el inversor tiene poca aversión al riesgo. "Ahora volvemos a tratar de aprovechar un posible rebote a corto plazo con una estrategia agresiva", explica Joan Cabrero, director de estrategia de Ecotrader, quien también apunta que "seguimos pensando que el oro está para jugar. De momento continúa en tendencia bajista, y hasta que no se toquen los 1.000 dólares por onza de momento nos conformaremos con tratar de aprovechar posibles rebotes a corto, como ya hicimos en el pasado".
La situación fundamental que presenta el metal también coincide con la opinión de Cabrero, ya que todo apunta a que el precio del oro descenderá durante los próximos meses, eso sí, no hasta los 1.000 dólares por onza que destacamos desde Ecotrader como el nivel adecuado para abrir una operativa a largo plazo. Al menos eso opina el consenso de analistas encuestados por Bloomberg, que destaca que, desde los 1.228 dólares a los que cotiza la onza de oro en este momento, el oro caerá hasta los 1.190 dólares al finalizar el segundo trimestre de 2015. Ahora bien, existen dos grandes firmas de análisis que si esperan un descenso de este calibre en el precio del oro: los dos gigantes financieros franceses, BNP Paribas y Société Générale, apuntan a este escenario. El primero publicó el pasado 1 de septiembre, que espera que el oro cotice en los 1.000 dólares por onza al finalizar el tercer trimestre de 2015, y que terminará el año en los 950 dólares. Société Générale publica exactamente la misma previsión, pero en este caso lo hicieron el pasado 16 de diciembre.
Habrá que esperar para ver si el mercado termina dando la razón a los dos gigantes galos de las finanzas, lo que posiblemente nos llevaría a incorporar al oro como una estrategia a largo plazo en nuestra tabla de recomendaciones. Insistimos: ya se verá. De momento, se puede intentar rascar algo de rentabilidad a corto plazo siguiendo las indicaciones de la nueva operativa agresiva y la mejor manera para hacerlo, además de la menos costosa es a través de ETF, ya que replican el comportamiento de este metal soportando costes del 0,3 por ciento y, además ofrecen la misma liquidez que una acción: pueden comprarse uy venderse cunadi el inversor quiera.
Una cuestión de oferta y demanda
En la caída del año pasado del oro, además de influir la poca demanda de los inversores, también influyó la caída de la demanda del oro físico. Así consta en el último informe publicado por el Consejo Mundial del Oro al cierre de 2014. En él se destaca que la demanda total de oro físico fue de 3.923,7 toneladas el año pasado, un 4 por ciento por debajo de las 4.087,6 toneladas que se demandaron en 2013. Teniendo en cuenta que la oferta se mantuvo estable en las 4.278,2 toneladas, esto refleja el mercado del oro atravesó una situación de sobreoferta el año pasado. El informe destaca que, a pesar de que la producción minera se incrementó hasta niveles nunca vistos, el descenso del volumen de reciclaje de oro dejó la oferta total sin grandes cambios. Sin embargo, el aumento de la demanda inversora y la incipiente recuperación económica que se prevé para este año pueden cambiar las tornas.