
Si hace nada muchos expertos alertaban de que el euro estaba peligrosamente cerca de la paridad con el dólar, la divisa europea les ha arrebatado de repente la razón, tras remontar hasta los 1,268 dólares, al anotarse una subida del 0,4%. Así, ya se ha apreciado casi un 4% en la semana.
Desde que el 7 de junio marcó mínimos de cuatro años en los 1,1923 dólares (en esa sesión llegó a ceder hasta los 1,1877 intradía), el euro se ha apreciado más de un 6%. Parece que el futuro de la moneda única ya no es tan negro.
"Ahora soy mucho más positivo con las perspectivas del euro. Parece que Grecia finalmente va a ser capaz de evitar un default de su deuda. La situación tiene mucha mejor pinta", señala John Dessauer, editor del servicio de asesoramiento financiero John Dessauer's Outlook, en una entrevista concedida a Mark Hulbert, de MarketWatch.
Los gobiernos europeos más débiles están aceptando y adoptando la disciplina monetaria y fiscal necesaria para formar parte de la eurozona. "Me han sorprendido en este aspecto, ya que aceptar esa disciplina supone asumir grandes costes a corto plazo. No esperaba que los políticos fueran a aceptar ese dolor", asegura Dessauer.
Desde el punto de vista de este experto, ahora "parece posible que la crisis lleve a la realización de cambios estructurales que serán positivos para el euro a largo plazo".
Con este panorama, las perspectivas de un dólar fuerte ya no están tan claras. Aunque según Dessauer es muy complicado aventurar qué va a pasar, "las autoridades monetarias de EEUU descubrirán que el dólar va a seguir cayendo, por mucho que aumenten los tipos de interés".