
Los reguladores financieros de Corea del Sur ha propuesto medidas para estabilizar las oscilaciones que está registrando su divisa, el won, aunque las autoridades han intentado restar importancia a su intervención y han afirmado que no pretenden provocar un shock en el mercado de divisas.
El won se ha debilitado de forma abrupta con la crisis, y ha vivido episodios de volatilidad extrema, como el visto la semana pasada, cuando se desplomó de repente movido por las preocupaciones sobre la deuda europea y el hundimiento de un barco que provocó un cruce de acusaciones entre las dos Coreas, explica el Wall Street Journal.
Los líderes surcoreanos llevan quejándose de las salvajes oscilaciones del won desde 2008, pero han sido reacios a intervenir por miedo a dar la imagen de que intentan controlar el mercado de capitales mediante mecanismos que ya existieron en el país en el pasado. Pero la caída del mes pasado ha sido la gota que ha colmado el vaso.
"Queremos introducir un mecanismo mínimo de seguridad en un momento en el que no va a tener un gran impacto en el mercado de capitales o los principales sectores de la economía real", ha señalado Kim Yi-tae, director de la división de cambio extranjero del Ministerio de Finanzas del país asiático.
Coto a los derivados
La propuesta de las autoridades incluye limitar las operaciones con forwards (contratos a plazo, uno de los instrumentos de este tipo más antiguos) y otros derivados por parte de los principales bancos surcoreanos y de otras entidades extranjeras que operen en su mercado.
Para las entidades domésticas, el límite en las posiciones en derivados será del 50% de su capital medido al cierre del mes anterior. Y para los bancos extranjeros presentes en Corea del Sur, este límite se situará en el 250% del capital. Todas contarán con un plazo de dos años para adaptarse a la nueva normativa.
Las firmas surcoreanas operan actualmente con los límites que ellos mismas se han impuesto. Las extranjeras, por su parte, tienen unas posiciones medias equivalentes al 300%, y hay una que incluso opera al 800%, según los reguladores del país asiático.