
Un aprovechamiento adecuado de la biomasa forestal ahorraría al Gobierno 80 millones de euros al año de la partida destinada a prevención de incendios, una cifra que cada ejercicio suele rondar los 700 millones de euros.
Así lo asegura la Asociación Unión por la Biomasa que explica que este presupuesto podría reducirse sustancialmente e incluso convertirse en positivo en el balance final con un el buen uso de esta tecnología.
De este modo, el ahorro de 80 millones se lograría teniendo en cuenta sólo a las plantas de biomasa existentes, sin embargo esta contribución podría ser aún mayor si se cumplieran los objetivos para la biomasa incluidos en el Plan de Energías Renovables 2011-2020 (PER).
En este caso, según la asociación, si se añadiera la capacidad de aprovechamiento de masa forestal que podrían absorber las nuevas plantas, se podrían economizar unos 250 millones de euros al año. Asimismo se generaría un balance anual positivo, considerando el coste tarifario por producción de energía eléctrica en estas planta, de 184 millones de euros.
Creación de empleo rural
La biomasa no sólo puede suponer ahorros en la partida destinada a la extinción y prevención de incendios, sino que también es considerada como un punto de partida para el impulso y la fijación del empleo rural.
En este sentido, Unión por la Biomasa, asegura que si se flexibilizase la moratoria a la instalación de nueva potencia procedente de fuentes de energía renovables, la biomasa podría movilizar inversiones privadas por un valor superior a los 2.700 millones de euros, que generarían 1.735 millones de Valor Añadido Bruto (VAB) directo e indirecto y requerirían entorno a 33.000 trabajadores.
Asimismo, una vez activada esta capacidad, su operación y mantenimiento generaría un impacto positivo en término de Valor Añadido Bruto y empleo de 165,6 millones de euros anuales y 1.325 puestos de trabajo, respectivamente.
Por último, esta actividad productiva ejercería un efecto de arrastre sobre otros sectores de la economía, estimado en un Valor Añadido Bruto, directo e indirecto, de 452,6 millones de euros anuales y en un impacto positivo sobre el empleo equivalente al mantenimiento anual de más de 8.500 puestos de trabajo.
Menos hectáreas quemadas
La llegada del verano ha suscitado de nuevo una espiral de incendios forestales en nuestro país. De hecho, desde principios del año y hasta el 28 de julio, más de 17.700 hectáreas se han visto afectadas por el fuego. Esta cifra también podría reducirse drásticamente con un buen uso de la biomasa forestal.
Así lo reclaman desde la Asociación, que hace referencia al ejemplo de los países más desarrollados de Europa, donde la biomasa es un pilar clave en las políticas públicas nacionales de prevención de incendios. "Los tratamientos forestales preventivos, así como el aprovechamiento de la biomasa para producir energía, deben ser considerados como un servicios público a la sociedad, que debe ser incentivado y remunerado".
Por ello defienden que "se trata de un pilar que debe asentarse definitivamente para que no volvamos a asistir impotentes un nuevo verano, como es habitual, al trágico espectáculo de la combustión incontrolada de miles de hectáreas".