
La victoria de Barcelona en Comú para la Alcaldía de la capital catalana ha arrojado dudas sobre el desarrollo de algunos de los proyectos hoteleros más emblemáticos que deben materializarse en los próximos meses. El más que probable nombramiento de Ada Colau como alcaldesa en sustitución del convergente Xavier Trias lleva aparejada una nueva política para ordenar el sector turístico de la Ciudad Condal, que tiene como medida estrella una moratoria en la concesión de licencias para la apertura de nuevos hoteles.
El efecto más palpable de esa decisión sería dejar en el limbo el nuevo hotel Four Seasons que se ubicaría en el antiguo edificio Deustche Bank de Barcelona (ahora en manos del grupo KKH), el Hyatt que debe ubicarse en la Torre Agbar (promovido por Emin Capital) o el hotel Me de Melià proyectado en el centro de la capital catalana. En los dos primeros casos se trata de cadenas internacionales de lujo que llevaban años intentando aterrizar en Barcelona.
En el caso del Me, que iba a abrir en la calle Caspe, en el antiguo teatro Novedades, está a la espera de permisos municipales. Este proyecto, complementario a la ampliación del Zara del Passeig de Gràcia, tendría 5.000 metros cuadrados de techo construible tras la inversión de más de 30 millones.
Colau avanza que la moratoria para que no se puedan abrir nuevos hoteles y establecimientos turísticos durante un tiempo se hará una realidad antes de seis meses. Posteriormente, se elaboraría un censo "y hacer una política preventiva para evitar que se desmadre como ha ocurrido en Ciutat Vella". En este caso, la moratoria se ampliaría a toda la ciudad, no sólo al distrito central, donde en los años anteriores ya se había limitado la apertura de nuevos establecimientos.
Según la formación política de Colau, la necesidad de paralizar las licencias se debe a que "la mala gestión y los intereses de algunos lobbies empresariales son la causa de una serie de conflictos que se asocian hoy al fenómeno del turismo: aumento de los precios, problemas de convivencia, destrucción del tejido social y económico de barrios enteros y banalización o saturación del paisaje urbano". El Gremio de Hoteles de Barcelona, aunque no se ha pronunciado públicamente sobre las intenciones de Colau, en una nota interna ha pedido a los partidos que conformarán el nuevo ayuntamiento un debate "rico y provechoso para tirar adelante los proyectos que la ciudad necesita".
Este colectivo, presidido por Joan Clos (propietario de Derby hoteles), cree que las elecciones municipales del 24 de mayo han dejado un consistorio con una amplia representación de diferentes formaciones políticas, que "deberán trabajar para encontrar puntos de entendimiento y consensos".
En esta línea, Clos subraya que todos los grupos tendrán en el Gremio de Hoteles "un estrecho colaborador" y apunta que tiene plena confianza en el futuro del sector que se puede construir juntos. "Son muchos los puntos coincidentes que tenemos con buena parte de ellos en relación al futuro de la ciudad y de la actividad turística".
En su opinión, es muy importante una gestión muy activa del ayuntamiento de la ciudad a la hora de desarrollar las líneas estratégicas en turismo con el objetivo de que el crecimiento sea sostenible y se adapte a la ciudad.
"Es indudable la importancia de apostar por una planificación turística a largo plazo, basada en un consenso amplio y fuerte de todas las partes implicadas", añade. "Creemos firmemente que si la ciudad funciona bien y en sintonía entre todos los actores, el sector turístico continuará funcionando correctamente y proporcionando unos réditos muy necesarios, útiles y extraordinarios en Barcelona", ha concluido. "Resdistribuir el sector" Desde la Asociación de Apartamentos Turísticos de Barcelona (Apartur) ven con buenos ojos la moratoria hotelera de Colau. Su presidente, Enrique Alcántara, da por hecho que la líder de Barcelona en Comú "será insensible a las presiones de los hoteleros"; y tirará adelante esa moratoria.
Alcántara explica que las medidas regulatorias han recaído en los últimos tiempos sobre su segmento de alojamiento y recuerda que "desde mayo del año pasado estamos sufriendo una moratoria". El cabeza visible de Apartur indica que ya han mantenido diversas reuniones con la formación de Colau y que creen que los apartamentos turísticos es una manera de redistribuir el turismo".
Otras de las medidas que quiere imponer Colau en el terreno turístico son acelerar los procedimientos administrativos para el cierre de los alojamientos turísticos ilegales (apartamentos turísticos) y promover el alquiler social como medida alternativa a las sanciones económicas. Ademáss quiere estudiar, allí donde no existan problemas de congestión, iniciativas concretas de bed and breakfast con controles fiscales, de transparencia y de calidad.Sobre algunos de los iconos turísticos de la ciudad como el Parc Güell, propone revisar el sistema de límites y cobro por su acceso ,así como abrir el castillo de Montjuïc como "espacio con sentido cívico y no de explotación turística.