
Tras la ruptura de conversaciones zanjada por La Caixa el pasado jueves, la angoleña Isabel dos Santos maniobra con la intención declarada de retomar el diálogo, dando señales, incluso, de cierta disposición a realizar concesiones. La empresaria africana e hija del presidente de Angola estaría abierta a alcanzar un acuerdo que tenga en cuenta las líneas rojas de Caixabank, según la versión facilitada desde su entorno a distintos medios de la prensa lusa.
Algunos periódicos daban ayer por segura la inminente reanudación de los contactos, mientras en Caixabank se mostraron cautos y eludieron comentar la situación.
Fecha límite: 10 de abril
El tiempo corre en contra. BPI tiene hasta el 10 de abril para reducir su fuerte exposición en Angola o sufrirá el correctivo del Banco Central Europeo (BCE). Sus balances cargan con 3.600 millones de euros en exposición con aquel Estado africano y 1.300 millones con su Banco Nacional, superando los 3.000 y 200 millones límites de las grandes exposiciones, de acuerdo a estimaciones de Moody's.
La abultada exposición es fruto de la histórica relación de Portugal con distintas colonias africanas. El problema sobreviene cuando Europa considera que Angola carece de un marco regulador y supervisor bancario similar. Si BPI no ajustase su posición, debería reforzar de forma importante la solvencia.
La entidad trató de bajar el riesgo escindiendo las filiales africanas -Angola y Mozambique- en un holding para atender al requerimiento del BCE, sin éxito por el veto de la familia Dos Santos que trata de maximizar la ocasión. Dueños del 18,58% de BPI, el pasado año frustraron igualmente la opa lanzada por Caixabank. La entidad catalana es el principal accionista de BPI, con el 44,01%, aunque solo puede ejercer derecho al voto sobre el 20%% por un blindaje estatutario que la empresaria africana se negó a remover.
La solución para rebajar posición en Angola sirvió poco después una segunda oportunidad a Caixabank. Distintas fuentes sostenían que el acuerdo para que Dos Santos adquiriese el negocio africano a cambio de permitir a la entidad catalana controlar BPI era inminente.
Desacuerdo en el precio
Que La Caixa diese por muerta la vía ha sido respondido con sorpresa. "Es difícil de entender lo que ahora se agota después de haberse producido entendimiento entre las partes en los principales términos del acuerdo, incluyendo las cuestiones financieras", relató Mario Leite Silva, presidente de Santoro Finanzas, la sociedad instrumental que gestiona la participación de la familia angoleña en BPI. "Sin embargo, creemos que prevalecerá el sentido común y el diálogo se reanudará inmediatamente", sostiene su también representante en el consejo de BPI en un comunicado recogido por el diario Económico y la agencia Lusa de noticias.
Caixabank no detalló las razones de la ruptura y se comprometió a apoyar a BPI en la solución del problema de exposición. En algunos medios apuntan a la falta de acuerdo en la valoración de los activos angoleños como el escollo insalvable, si bien Santoro lo niega.