
Entró en el mundo de los 'business angels' de la mano de Esade Ban y, a fecha de hoy, ya tiene en su cartera de inversiones un total de 12 proyectos. Invierte en proyectos que ganan dinero, pero que tienen una vertiente filantrópica.
Carles Florensa es un inversor en proyectos sociales, pero también un empresario, un emprendedor y un profesor. Encontrar a alguien que pueda ilustrar, con su experiencia y su carrera, un exitoso recorrido en estos cuatro perfiles no es fácil. Pero Florensa tiene en sus manos esta especie de póker de ases. Es antiguo alumno de la escuela de negocios Esade y empezó su carrera profesional en el marketing de gran consumo. Sin embargo, el gen del emprendedor estaba ya presente en su ADN pues tanto padres como abuelos y bisabuelos habían sido emprendedores en varios sectores.
Por ese motivo tomó las riendas de Eurosilla, la empresa familiar, a la vez que creó y posteriormente vendió otro proyecto del sector del pequeño comercio. A raíz de esto, se vinculó al mundo académico, en Esade, para buscar progresos en las técnicas de management en emprendimiento.
Tras vivir las facetas de emprendedor, empresario y la de enseñar a emprender, notó que le faltaba una última carta, la implicación. Así decidió, de forma progresiva, entrar en el mundo de los business angels de la mano de Esade Ban. A fecha de hoy, Carles Florensa tiene en su cartera de inversiones un total de 12 proyectos que canaliza a través de una red de inversores que le aportan comodidad y la posibilidad de evaluar proyectos que ya han sido filtrados antes de llegar a sus manos.
Actualmente, siguiendo un modelo de inversor financiero que diversifica para reducir riesgos, tiene inversiones tan variadas como Notegraphy, Trabajo Próximo, Wine Is Social, Wallapop, FancyBox y Worldcoo (ver elEconomista Catalunya de febrero 2015) que marca el inicio de su faceta como inversor en proyectos sociales. Según explica Florensa, su primer contacto con el tercer sector fue en Esade Consultores Solidarios y posteriormente como mentor en el Proyecto Momentum de Esade y BBVA. Posteriormente, fue invitado a formar parte del patronato de Ship2B desde donde se apoya al emprendimiento social con los programas B-Ready y BFunders. Allí conoció Worldcoo, del que actualmente es consejero e inversor junto al Banco de Sabadell.
Este rápido camino por el emprendimiento social, refleja su interés por una tipología de inversión aún incipiente en España y que surge como contrapunto al desencanto por los resultados de la filantropía donde un euro invertido es un euro perdido y a veces tampoco se sabe dónde se pierde. Así, aparecen un tipo de propuestas mucho más "seductoras" para el inversor "ya que se basan en proyectos concretos y con el objetivo de ser rentables económicamente: es la Inversión de Impacto", explica Florensa. Así, de la mano de gente como él, empieza a existir en España una tipología de inversor que busca ganar dinero, pero ayudando y transformando a la sociedad.